El universo sobre tu piel.

Parte III: El despertar.

Sus palabras, se clavaron en su cerebro tras su largo suspiro. Alivio y deseo.
"Está bien... Por favor dime si debo parar..." Tan considerado. Nosfer sintió algo de frustración.

Pero se enterró debajo de otra sensación de escalofríos que le pasó por toda la piel al pelirrojo. La lengua de Gaspar dejando una leve traza de saliva sobre su cuello, ligeros mordisqueos sobre su pulso; todo ello hizo que su cuerpo se tensara.

¿Cómo- Cómo lograba tenerlo de nuevo, casi de inmediato, ahogándose en el momento? Y suspiró ante la pregunta que se disipó cuando de nuevo sintió la red sobre su piel, y expuesto como estaba, cualquier toque, aunque ligero, le detonaba toda clase de emociones bajo la influencia de sus propios sentimientos.

"Cierra los ojos..." Le su susurró de nuevo sobre el oído, piel erizada cada que su aliento cálido se acercaba a su cuello y oído. Obedeció sin pensar. Sin hablar. Solo respiraba profundo.
Gaspar se alejó un momento, y el hombre en su cama apretó los ojos preguntándose a donde se había ido.
"No los abras..." Escuchó ruidos. ¿Que buscaba? Otro ruido, plástico.

Se acercaba. Sintió de nuevo como se colocó por encima de él, de nuevo con ese movimiento sensual entre sus piernas.
"Nooosfer..." Le llamó. Y el pelirrojo abrió los ojos. Y en cuanto abrió los ojos, sobre su piel sintió el contacto frío del líquido que provenía de una pequeña botella. Algo dulce. Y un aroma que nunca confundiría.
Rosas y vainillas. Y tembló ante tal escena cuando finalmente sus ojos absorbieron la figura de Gaspar.

El líquido viajaba desde el abdomen bajo, sobre su mano aún cubierta en guantes de red. Se escurría sobre él. Sobre ambos. Y vio por primera vez en mucho tiempo una expresión así en su adorado amigo. Su ahora amante.
Sonreía ligeramente de lado. Cínico ante la posible expresión que tendría sobre su rostro el pelirrojo. Otra vez fue manejado al antojo de Gaspar. Y obtuvo lo que quería. Una expresión ligeramente triunfante en su rostro. Y Nosfer solo pudo suspirar. Lo tenía en sus garras y no sabía y realmente no quería, que cambiara la forma en que estaba pasando.

Finalmente, Gaspar dejó caer una cantidad abundante sobre ambos, de lo que ahora discernía claramente era lubricante, y satisfecho con la forma en la que el vampiro casi de inmediato volvía a cubrirse el rostro a medias, mirándolo tan sonrojado de ver una naturaleza tan libidinosa de él- Se inclinó y lo besó, restregando una vez más su cuerpo, neutralizando el frio con un roce delicado al inicio, pero que cobró fuerza una vez sintió el placer recorrerle el cuerpo.

Y el hombre bajo Gaspar se arqueó ante tal cosa. Era su atracción instantánea hacia tan radiante y atractiva manera de ser en la intimidad de él que lo arrinconaba a solamente actuar por instinto.

El Goth sobre él no se detuvo, subiendo la temperatura y esparciendo por todas partes entre los dos ese aroma dulce los llevó lentamente al comienzo del éxtasis, y mientras llevaba ese ritmo, lento, pero presionando como el quería, a su maldito gusto sus caderas sobre Nosfer, le acariciaba por todas partes, por cada rincón que su voraz deseo le dictaba, sin dejar un momento ir esos labios que ahora mordía ocasionalmente entre besos profundos, su lengua dominando cada movimiento y sintiendo como el pelirrojo simplemente se había rendido ante él.

Y este gemia entre besos, y se arqueaba. Se movía al mismo ritmo que él, sus brazos atados a él, un abrazo en el que se sostenía de Gaspar, quien aún no dejaba caer su peso entero sobre él.

Y el gótico sin poder detenerse ya, se encontraba devorándose a Nosfer. Podía sentir en el aire un cambio de aura, una energía que antes no había sentido con esa intensidad. Y Dios podía casi sentir en el aire como su adorado ahora irradiaba algo que aún no podía describir.

Había percibido en otras ocasiones durante la semana un ligero calor, pero no muy intenso y era como si su cuerpo respondiera ahora de una forma diferente- Ya no era él recibiendo toda la atención, ya no era su hambriento amigo buscando saciar ese deseo directamente y haciéndolo sentir que realmente eran pareja. Que- de verdad habían pasado a algo más. Se sorprendió a sí mismo escudriñando entre cada pequeño gesto de placer, y haciendo todo lo que durante esos días no había podido hacer. Pero se separó un momento, antes de irse de lleno de nuevo a introducirse en él.
Y respiró profundamente- y Nosfer agitado, con los ojos apenas abiertos lo miró con un poco de duda.