Un cerezo cubierto de hermosas flores rosas
Esta cubierto en llamas gracias a un espadachín
Uno peculiar
...
•-Actualizaciones lentas
•-La gran mayoría de los personajes de la historia no son de mi propiedad, son propiedad de Paru Itagaki y Koyohar...
El viento lleva arremolinadamente las verdes hojas de cerezo.
Aún no llega la primavera. No hay ni una flor
....
Y así los años pasaron, poco a poco, el pequeño Kyōjurō comprendió por completo la situación de el porque su padre lo había dejado con la señorita Sanda. Había aprendido que, a pesar de todo lo que le había pasado, el no debía dejar esa pasión que tenía con la katana.
Y el pequeño Senjuro...no estaba muy enterado de la situación, apenas era un bebé cuando todo pasó. No le había afectado mucho, aunque le daba mucha pena el hecho de no haber conocído a sus padres.
Rui a pesar de no hablar mucho les había tomado cariño a ese par, incluso ellos ya no le temían, al ver lo inofensivo que era. Incluso lo podían conciderar un hermano.
En tanto a la señorita Sanda pues... Ella estaba feliz, aunque no lo mostrará con expresiones. Por alguna razón sentía como si fueran una familia, una que otra vez le habían confundido con la madre de ambos hermanos. Le despertaba nostalgia, era en parte por la tragedia que había vivido con Rui, pero le venía la imagen de un niño cada vez que pensaba a detalle el tema...
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Lo habían llamado para juzgar a uno de los cazadores, aunque este era algo peculiar, le habían comentado que llevaba a un demonio que aparentemente era su hermana. Ese sería un día extraño o extravagante como diría el dios de los festivales, Tengen Uzui.
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—Despierta
—¡¡DESPIERTA!!
—¡¡¡¡IMBÉCIL YA DESPIERTA!!!!
Y así de un golpe secó logro despertar a un chico de cabellos burdeos que se encontraba en el piso. Sus brazos estaban amarrados detrás de su espalda.
—Ten un poco más de respeto -pronuncio con un asco para nada disimulado- estás en presencia de los pilares
El peiburdeo miro a arriba y se encontró con una vista vastante amenazante.
