||Cerezos En Llamas • 火の桜|| Kimetsu No Yaiba × BEASTARS

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El tiempo había pasado, Kyōjurō seguía en el cuarto con su hermano en brazos esperando a que su padre los llamara, para tal vez recibir una explicación de porque empacar todas sus cosas y las de su hermano. Le pasó por la cabeza que tal vez tendrían la oportunidad de acompañar a su padre a una de sus misiones y verlo en acción como demostración para su entrenamiento, pero lo vio improbable gracias al ver el estado actual de su padre. Todo se sentía raro.

-KYŌJURŌ!

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el llamado de su padre. Para no llegar a hacerle daño a su hermano o hacerle caer en el camino lo dejo en el futón, fue al salón principal algo nervioso y ansioso por saber que sería de su vida.

Al llegar al salón principal logró ver a su padre esperándolo en la puerta, junto a una extraña mujer. No le presto mucha atención a la desconocida, solo vio a su padre, el cual miraba al suelo, con los ojos llenos de lágrimas y con los puños cerrados intentando no llorar. Se acerco con cuidado para intentar entender que pasaba.

--Padre...., que pasa(¿?) Porque estas así, quien es ella(¿?)

-tomo aire antes de hablar-escucha Kyōjurō, desde que tu madre nos dejó....yo...yo....no e sido la misma persona de antes, e ido de mal en peor últimamente, si sigo así no les podre dar la vida que te mereces tu y Senjuro, s-solo.....estoy haciendo lo mejor para ustedes a-al hacer E-esto- empezó a llorar a mares -e-ella podrá c-cuidarlos a ti y a Senjuro -se inclino frente a su hijo tomándole de los hombros- Los p-podra entrenar C-como es debido para un pilar-abrazo con fuerza a su hijo tras decir eso.

Shinjuro al separarse de tal vez el ultimo abrazo que tendría con su hijo se fue a una esquina y le hizo señas a la mujer para que se los llevara antes de arrepentirse de su decisión. Kyōjurō quizo ir a calmar a su padre, incluso sus ojos se habían llenado de lágrimas al escuchar todo lo que le dijo, pero la mujer lo tomó del brazo y se inclino en frente de el.

-Kyōjurō, sin ofender pero....tu padre no está del todo bien y...esto que hace es por tu bien

-P-pero s-si nunca más lo vuelvo a v-ver(¿?)

-Te juro por mi vida que lo volverás a ver -hizo una pequeña pausa para limpiar las pequeñas lagrimas que se deslizaban por las pequeñas mejillas del menor- pero ahora tu padre me a dado el deber de entrenar y cuidar bien de ti y de tu hermano, porque el ahora no podría darles la vida que ustedes dos se merecen.

La mujer le dio la espalda al niño y se puso de cuclillas.

-Sube a mi espalda y sujetate fuerte

-E-esta bien -se subió con cuidado para no hacerle daño.

-Estas cómodo(¿?)

-Si

-Esta bien, ahora si no te molesta iré por tu hermano, te parece bien(¿?) -volteo su cabeza para poder ver al menor

Kyōjurō solo asintió lentamente mientras veía como podía ver las cosas desde más arriba, de golpe sintió como ella empezaba a correr a su habitación. Al llegar tomo con sumo cuidado a Senjuro entre sus brazos, este despertó de su sueño al sentir como era levantado del futón, Kyōjurō pensó que lloraría al ver a la mujer desconocida, pero, para su sorpresa el no lloró, solo se quedo mirando a la mujer, y de esa forma fueron nuevamente a la puerta principal.
La mujer pudo distinguir que Shinjuro seguía en esa esquina, como si fuera un niño regañado al que castigaron en la esquina.

-No te preocupes, los cuidare bien, lo juro por mi vida-

No recibió ninguna respuesta, solo un silencio supulcral, entendio que el solo quería que se fuera.
Salió afuera donde pudo distinguir como el pasto tomaba una tonalidad llamativa por el atardecer, pero le dio la alerta de que se acercaba la noche, lo cual indicaba que demonios de distintas especies saldrían, tenía que apresurarse a llegar a su finca para mantener a los niños a salvo.