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Aunque Taehyung fuera popular por así decirlo, no tenía amigos, no porque los demás no querían acercarse sino porque nunca necesito uno.

Bueno, sí quería uno pero tenía miedo que solo jugará con el así como en los libros que había leído, eso sería horrible.

Una semana después de ver aquel sujeto terrorífico los días fueron tranquilos nuevamente, las clases era aburridas y su padre pasaba más en el trabajo que en la casa.

Al llegar a la academia entro con su cabeza en alto con una pequeña sonrisa, sonrisa que todos se sorprendieron de ver en su rostro.

Tal vez el motivo era de que tenía clases de música, una de sus favoritas.

Camino por los pasillos hasta llegar a su casillero que de encontraba en el centro de los demás, puso la clave con rapidez y abrió, sin embargo, su cuerpo fue golpeado por varias botellas de leche de fresa llevándolo al suelo cayendo de trasero.

Dónde al último recibió otro golpe en su cabeza por unas de las botellas haciendo que maldijera lo más bajo posible, para que nadie lo escuchará y con un puchero acaricio la parte afectada con cuidado cerrando sus ojos por el dolor un poco punzante en su cabeza.

Los suspiros de asombro no tardaron, ver al pelirojo desaliñado y con varias botellas de leche de fresa a su alrededor llamo sus atenciones.

¿Quien intentaba conquistar al pequeño niño manzana?

— ¿Estás bien? — se escuchó una voz a lo lejos.

Todos un poco confundidos se apartaron un poco dejando a la vista aún hermoso chico de baja estatura con sonrisa perfecta, con sus manos en sus bolsillos camino por el pasillo hasta estar frente a Taehyung que aún se encontraba en el suelo intentando recoger todo.

— Deja eso — sonrió extendiendo su mano para que él pelirojo se levantará.

Taehyung lo observó fijamente, el chico era muy lindo de cabello naranja esponjoso y labios abultados, con un poco de confianza tomo su mano poniéndose de pie.

— Veo que el golpe aún te ha dejado perdido — sonrió haciendo que sus ojos se hicieran en dos medias lunas.

Hay un ángel frente a mí

Él chico era hermoso con esa hermosa sonrisa que mostraba un diente levemente torcido, aunque Taehyung ya sabía que todos eran hermosos este chico resaltaba demasiado con esos cachetitos rechonchos.

— Muchas gracias — mordió levemente su labio intentando arreglar su impecable uniforme.

— Vaya, tienes muchos admiradores — rio un poco mostrándole los papeles que estaban pegados en las pequeñas botellitas.

Sin embargo al pequeño pelirojo no le sorprendió más bien lo asustó al ver que sabían su contraseña, con las mejillas rojas observó a todos que los observaban aún en sus lugar y se agacho para dejar muchas botellas de leche en el piso para después hablar.

— Son demasiadas para mí, por favor tomen una — se inclino y a la misma salió corriendo lejos donde nadie lo pudieran ver.

— ¡Aww! Están tierno — chillo una del grupo de chicas.

— Lastima que sea tan tímido, me gustaría apretarle esas mejillas rojitas — rieron mientras se marchaban con una botellita de leche en manos hacia sus salones.

Perseguido por él hijo de un mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora