Treinta y Ocho

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-Si aquí es seguro, ¿por qué nos marchamos tan lejos si podrías haber venido aquí desde un principio? - preguntó Win cuando hubo terminado de curiosear la nueva habitación que compartirían. No era tan grande, pero era realmente preciosa.

Había pasado al menos una hora desde que la familia de Bright le había dado la bienvenida a aquella mansión. Y un cuarto de aquella hora, Win tuvo que quedarse en la sala sin su alfa, sentado en un cómodo sofá, siendo el centro de atención de todas aquellas personas que casi ni recordaba.

El omega respondió con cierta timidez cada una de las preguntas que le hacían. Y es que la mayoría estaba realmente interesado en saber acerca de él, pues que Bright llegara de pronto con un omega marcado y embarazado era algo que sorprendió a muchos. En especial porque Bright siempre se había mostrado como un alfa al cual le asqueaban las uniones.

Y Win habría deseado que su alfa estuviese a su lado para salvarlo cuando la situación se ponía incomoda para él, pero Bright tuvo que encargarse de un asunto algo urgente con su hermana, por lo cual no pudo estar junto a él.

El omega nunca preguntó qué fue lo que pasó con ella.

-Pues... es que me repudiaba la idea de vivir aquí, con toda la familia. Yo prefería tener mi propio espacio. Y como era tan orgulloso, independiente y solitario, me era más cómodo pasar una larga temporada en el exterior a que estancarme aquí y asquearme de como los demás son felices con sus parejas -explicó y se acercó a su omega para abrazarlo por detrás, deslizando sus manos con suavidad por los costados de su hinchado vientre-. Pero como ya estoy del lado de los felices, ya no tengo problema.

Win rió suavemente, sintiendo unas ligeras cosquillas al tener los labios del contrario sobre la especial marca de su cuello.

Ya veo -sonrió, volteándose con el único fin de besar los labios de su alfa, quien aún continuó con sus manos sobre la panza de embarazo que se interponía adorablemente entre ellos-. Ahora que ya estamos aquí, ¿puedo reunirme con mi mamá y mis amigos? Muero por verlos.

Bright titubeó, poniéndose tenso al instante.

-Uhm... sí, bueno, aunque primero hay algo que tengo que decirte sobre tus amigos.








***

Win estaba furioso, y no intentaba siquiera disimularlo. Sus feromonas de enojo se dispersaban por todo el espacio que presentaba aquel auto que, rodeado de seguridad, se dirigía a la antigua mansión.

Su alfa le pedía con voz suave y tranquilizadora que se calmara, pues tal enojo le afectaría al bebé, pero cada vez que Bright intentaba acariciarle, Win le gruñía, amenazador, como si él fuese el alfa de la relación.

Ya no quería ser acariciado o mimado por el alfa. La rabia que había invadido su ser no se lo permitía. Tan sólo quería ver a su mejor amigo, quería saber en qué estado se encontraba Khao y averiguar qué había ocurrido con Jj.

Al llegar a la mansión, una empleada los recibió, asustándose por la alteración y el desespero que desarrolló Win al tratarla, exigiendo que le dijese la ubicación exacta de su mejor amigo de inmediato. La beta respondió a balbuceos y Bright se limitó a darle una mirada de disculpas, mientras su omega ya se lanzaba hacia las escaleras. No tardó en alcanzarlo.

Ambos llegaron al primer piso, donde Bright tuvo que guiarlo para encontrar la habitación en la que, según la empleada, se encontraba Khao. El omega, tan decidido e imparable, ni siquiera pidió permiso; abrió la puerta de un saque, sobresaltando a un omega que, sentado con las rodillas pegadas a su pecho, se situaba sobre la cama.

Los ojos del lacio se cargaron de lágrimas al verlo, tan indefenso y lastimado, tan pálido y delgado.

-¿W-Win? -la voz quebrada salió en un débil murmullo, como si apenas pudiese hablar. Su sorprendida mirada se cristalizó al instante, largando repentinas lágrimas mientras se levantaba con rapidez para fundirse entre los brazos de su mejor amigo.

sublime dominación ( Adaptación BRIGHTWIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora