El omega cayo arrodillado frente al retrete, expulsando desde su garganta todo aquel contenido que su organismo no quería querer conservar. Vomitó todo su desayuno, y hasta la limonada que se había bebido durante la noche en el bar.
Una mano ajena se posó en su espalda desnuda. Bright le dio aliento, mientras le retiraba los rebeldes rizos de su rostro.
Un gran alivio se presentó en Win cuando, al fin, el asqueroso vomito cesó. Con algo de papel se limpió la comisura de sus labios, sin embargo, no sintiéndose para nada limpio, se enjuagó la boca en el gran lavado.
No supo en qué momento Louis se había marchado para traerle agua, pero allí estaba, ofreciéndole un vaso cargado de aquel liquido transparente.
-¿Hay algo que dabas decirme? inquirió Bright, tras haberle entregado el vaso.
Win bebió el agua, mirándolo como si no supiera nada.
-Mh, no.
-Win -dijo su nombre en tono de advertencia.
-¿Qué? Me habrá hecho mal algo que he comido, ¿qué quieres que te diga?
El alfa frunció los labios no muy convencido.
-¿Por qué siento que hay algo más?
Win elevó sus hombros, luciendo desinteresado, y regresó a la habitación, siendo seguido por el otro.
-Win -el alfa le tomó un brazo con cuidado, deteniéndole su andar-. No me ocultes nada, ¿realmente es por algo que has comido?
-Es lo que supongo yo, Bright, o capaz fue algo que me dieron anoche, no lo sé objetó, fastidiado, soltándose del agarre del mayor.
Era mentira. Por supuesto que Win sabía la verdadera razón de su repentino vomito, pero no podia revelársela a Bright. No porque no quisiese, al contrario, le carcomían las ganas por contarle. Pero, iqué ganaría con ello? Bright se separaría de el; se desvanecería de su vida por años.
Win no quería que su alfa se encontrara en otro continente preocupado constantemente por él y su embarazo. Sufriría mucho al verse privado de compartir con su omega aquella bonita etapa, no pudiendo ver, ni acariciar, su hinchado vientre, ni tampoco presenciar el nacimiento.
Se perdería la preciosa imagen de su bebe recién nacido, todo chiquito y delicadito, con sus puñitos apretados y sus ojitos cerrados, durmiendo envuelto en una acogedora manta entre los brazos de Win. También se perdería los primeros pasos, las primeras palabras, los primeros dientes, ¿y quién sabe que más?
Win aseguraba que el alfa no podría vivir sabiendo que a miles de millas se hallaba su bebe creciendo sin la presencia de su otro padre. Era demasiado para un corazón tan noble como el de Bright. Por tal motivo, lo mejor era que su cachorro continuase siendo un secreto.
Sin embargo, algo dentro de Win se rompió al tener en cuenta que su alfa no lo acompañaría en su primer embarazo. Su pancita no recibiría besos, ni mimos, ni seria tiernamente consentida por Bright. No debería a su alfa para que le cumpliera sus futuros antojos, ni para que lo consolara en sus días de sensibilidad, o lo aguantara en sus días de fastidio. Bright no estaría para él, ni para su bebé, y eso le llenaba de angustia.
-¿Me estas escuchando? -oyó, de pronto, el cuestionamiento de Bright.
-¿Qué?
El omega había entrado en un estado de desorientación en cuanto a la conversación. Los pensamientos que le han hecho sentir una enorme pesadumbre hicieron que dejase de prestarle atención al alfa
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sublime dominación ( Adaptación BRIGHTWIN)
Fiksi PenggemarWin, un delicado omega amante de las noches de descontrol, tendrá que renunciar a todo cuando Bright Wachirawit, un dominante alfa italiano, lo reclamo como suyo en una fiesta que marcaría el inicio de un ardiente infierno para ambos. Esta historia...