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Don't wanna talk about it...
Fire le encanta, se siente más y más enamorado de él incluso cuando lo ve merodear por la habitación examinando todo lo que hay en ella, revisando descuidadamente las pocas cosas a las que Copia le ha permitido acercarse. El ghoul parece disfrutar de revisar la superficie del escritorio de Copia cada mañana y asegurarse de que no hay nada nuevo ahí. Pero esta mañana si hay algo nuevo esperándolo, algo que Copia recordó tan sólo un par de minutos después de salir y que le ha obligado a regresar en cuanto vino a su memoria, ni siquiera le importa dejar al confundido Dew en el pasillo hablando solo. El pánico lo ha aprisionado en cuestión de segundos y si bien, no demoró demasiado, tampoco hace algo por detener lo que está pasando.
Ahí está Fire. Había tomado la caja que estaba en el escritorio y la está examinado detenidamente, jugando con ella y agitándola como si pudiera escuchar lo que hay dentro. Está sentado en el suelo, con el pequeño objeto entre sus piernas y el cardenal puede jurar que ni siquiera lo había escuchado porque es él mismo quien aún puede escuchar el fuerte sonido de la música proveniente de los audífonos de Fire.
—Fire...—Ni una sola respuesta, sabe que debe detenerlo y evitar que vea lo que hay dentro, pero una parte de él mantiene una pequeña esperanza.
Todas las ideas negativas comienzan a desvanecerse cuando él la abre, el sonido de su risa es lo único que inunda la tensión en el ambiente y pronto nota que no hubo cambio alguno. Fire deja la caja en el suelo y toma el anillo que está en su interior.
Está tan fascinado como la primera vez que lo tuvo en sus manos.
—Es hermoso. —El anillo es perfecto, una preciosa piedra morada en una banda plateada, justo a la medida de su dedo anular, notar ese pequeño detalle hace que una duda se asiente el fondo de su mente.
—¡Fire! —Esta vez se asegura de gritar lo suficientemente fuerte para que lo escuche y pueda salir de su pequeña burbuja.
Funciona. Soltó la caja y arrojó los audífonos lejos para poder prestar atención, ni siquiera había notado su presencia y odiaba que le gritaran, así que no fue nada grato escucharlo en medio de la música como un jodido fallo de grabación.
—Lo siento, no te escuché.
—Claramente. —Dijo con calma— ¿Qué estabas haciendo?
—Sólo viendo, es lo único que puedo hacer aquí durante todo el tiempo que te vas. —Buen punto, Copia también extrañaba su presencia en los pasillos— Perdón por tomarlo, no sabía que te molestaría.
—No me molesta.
Era mposible que se enojara con él por tomar algo que le pertenecía, aunque él no lo recordara. Y por supuesto, tampoco había nada de malo en admitir lo mucho que le dolía verlo usando su anillo de compromiso como si fuera nada para él. Copia tenía que ser comprensivo y entender que eso no era culpa suya, mucho menos de Fire.
