Capítulo 2

2 0 0
                                    

-Dale profe, no hay necesidaaaad- decía el de pelo castaño mientras era casi arrastrado por el pasillo para llegar a la oficina del director
-Si hay necesidad Madem, usted tiene una conducta muy inapropiada para la reputación de esta escuela.

Agustin rió -le aseguro que no soy el único.
-Cállese la boca y mejor que cumpla con las dos horas de castigo que le van a dar, buenas tardes.

El chico de diecisiete años estaba ahi parado esperando para entrar a la oficina después de que lo hayan sacado a la fuerza de aula de química.

-Pase Madem. -oyó la voz del director y entró.

Que linda sorpresa, había una chica ahí.

Ya la vió, ya la conoce de algun lugar y todavía no se puede acordar de donde.

- Agustin Madem, Micaela Sufiro, los dos van a tener que limpiar todos los baños de la escuela durante dos meses, dado a sus contestaciones a los profesores. Ya aguanté muchísimo sin ponerlos en detención. - decia el director.

Micaela se levantó y golpeó el escritorio-¿Para que mierda estan las de limpieza? Páguenme si quieren que limpie por dos meses las heces de otras personas.

Agustin se quedo con la boca abierta, eso era tener los ovarios bien puestos.
Pero también era ser mal educada...

-No voy a tolerar su errado vocabulario en mi escuela, señorita.
-Bueno...- ella suspiró - ¿sabe por donde me paso su tolerancia, no?
- Gracias señor director -el castaño interrumpió antes de que la chica pueda seguir hablando-con gusto vamos a limpiar los baños pero lo que falta del mes, dos meses es mucho.

Agustin agarró a Micaela y la sacó antes de que siga embarrándola.
Salió y le habló -¿Sos boluda? Iba a ser peor el castigo sino te callas.
-Bue, otro más. - la de pelo cobrizo y lacio rodó sus ojos -Yo no pienso limpiar esos baños.

Caminaron un poco y ya tenian los primeros sanitarios.

El chico rió, no la podía obligar pero lo tenían que hacer.
-Yo ya prometí que lo íbamos a hacer, ahora -le extiende una escoba- cooperá. 

Ella no entendió de dónde sacó la escoba pero no dejó de protestar. -¿Quién sos vos para darme órdenes?
- Emm... - el chico se dió vuelta antes de entrar a uno de los cubículos - Tu compañero de castigo, creeeeo... - dijo lo último con un toque de sarcasmo y la miró divertido - Dale Micaela, limpia.

Ella abrió lo mas que pudo sus dos ojos color miel y se acercó un poco.
-¿Que te pasa ahora?
- Vos me volves a decir Micaela y te quedas sin dientes. - se dió media vuelta y siguió barriendo.

El chico solamente sonrió mientras la veía barrer "enojada", le pareció un poco tierno, era obvio que ella odiaba ser llamada por su nombre así, le gustaba que le digan por apodos seguro, como a todas las chicas.
Pero estaba errada si creía que Agustin le iba a hacer caso.

NUESTRO TÓXICO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora