NUESTRO TÓXICO AMOR

Capítulo 3

Basta. No quiero seguir corriendo.
Parecemos todo un ganado corriendo atrás de un perrito que nos guía.
El perrito es Emilia, mi mejor amiga.
Ella es re atleta, le encanta todo lo que tiene que ver con el ejercicio y la gimnasia, es re fanatica.

Pero llega un punto que se va al carajo. No me gusta cuando aparenta ser alguien que no es, solo es normal cuando esta conmigo y creo que eso es muyyyy red flag de su parte.
Pero nunca se lo dije, yo solamente espero que se de cuenta sola.

- ¡Muy bien chicas! Dos vueltas más - gritó la profe de gimnasia -¡Dale Micaela, ponele onda! - me dijo

Listo, me cansé.
Parece que hoy todos se pusieron en mi contra.

- ¡Veni a correr vos un poquito profe! - le contesté harta.

Mala idea, no lo hagan.

Creo que ya es la sexta vez en el mes que me mandan a dirección.
El director no me quiere ver más.

- Micalea, yo de puro corazón te digo, necesitas cuidar tus actitudes sino queres tener consecuencias.
- La gente me trata mal, yo no voy a responder como una sumisa boluda, si exigen respeto, que ellos también lo brinden.

El director suspiró y se reclinó en su asiento mientras me miraba.
- Tenes razón, pero no podemos hacer nada, necesito que dejes de responder asi a tus profesores, impone respeto pero no así.
- Bueno.
- Por otro lado - dice mientras se para de su silla y camina hacia la puerta detrás de mi - Veo que te llevaste muy bien con tu compañero de castigo - y abre la puerta que, para mi sorpresa, escondía a un chico alto que yo ya conozco.

Agustin.

Ese pelotudo.

Ya no me cayó bien la semana pasada, pero hicimos buen equipo y terminamos limpiando todo antes de tiempo.

- Buen dia Micaela - me dice.

Y YA SABE QUE ESO ME MOLESTA.

Parece que lo hace a propósito.

Se me sentó al lado con una sonrisa pícara. ¿Por qué se rie?

- Vi que los dos hicieron un buen trabajo asi que les voy a pedir esto - sacó dos hojas, una para cada uno.

-¿OBRA DE TEATRO? Yo ni en pedo actuo - me apresuré a aclarar.

Siempre pude zafar de actuar en esas cosas del colegio que no me gustan, a demás porque tengo pánico a los escenarios.

- El profesor de teatro me comento que en las clases vio una buena quimica entre los dos y me pidió que charle con ustedes para que accedieran a esto.
- Por mi no hay drama - dice Agustin.

Siempre llevandome la contra parece...

- Ah bueno... Entonces búsquense otra chica porque yo no actuo - me pare - muchas gracias eh... Pero yo paso.
- Sufiro venga para acá y sientese.

Levanté una ceja, se le fue la amabilidad al conchudo.

Volvi y me senté.

Agustin sonreía leyendo el papel - Romeo y Julieta jajaja
- ¿De que te reis?
- ¿Vos de Julieta?
- JA, ¿vos de Romeo? Te cagas de hambre.
- Bueno bueno - el director nos corto la charla - Vuelvan al patio que ya es hora del recreo y busquen al profesor, los esta esperando en el aula de teatro.

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- Sos un tarado - me dice mientras caminamos por los pasillos - Todo el tiempo en mi contra.

Me da risa como piensa que todos estan en contra de ella, no se porque piensa eso.

- Mira que no sos el centro del mundo como para que creas que todos te tienen bronca, Micaela. - me gusta decirle asi, se que le molesta y es gracioso.

Me metio un re golpe en el hombro, pare de caminar y la miré - ¿Se puede saber que carajo haces?
- Te pego ¿No ves o necesitas lentes? Estupido - y siguió caminado

La seguí.

- Flaca relaja un poco las tetas por favor, estas re hater todo el tiempo. ¿Vivis de mal humor o que?

No me responde.

- Siempre estas con cara de orto, o siempre que te miro tenes algun problema.
- ¿Tanto te gusto que me miras siempre?

¿Que dice?

Me reí fuerte - Me gustan tus chistes - le dije y la miré

Sonrió un poco - Yo no hago chistes - dice bajito.

Esta esperando a que le diga que si, o que le tire alguna, es obvio.

No, no soy asi linda, no soy como los que te cruzas siempre de pito facil.

- Bueno, hablale vos - me dice ni bien llegamos al aula y antes de entrar
- Ahre, ¿por que?

Ella arrugó la nariz mientras se movia nerviosa - me da vergüenza

Fue la excusa mas rara que escuché pero me dio ternura y lo acepté.

Asentí y entre al aula.

El profesor estaba muy contento con la noticia, no como Micaela.

Ella siempre con su mejor cara de orto.

Aunque siento, en el fondo, que ella si quiere hacer esto. Solo que para no lastimar su orgullo, no lo dice.