Ángeles y Demonios.

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Capitulo I

   “Típico, común, obligación... hay muchas formas de describir el "Ir a la escuela". Sin embargo, un chico, puede decir que es divertido, por que se ve con sus amigos, o aburrido, por que se aburre en sus clases, o… Entretenido, por ser el bravucón del curso o... un día mas para los tímidos.

   Pero, yo prefiero ser la inadvertida del curso, ya que debe de ser insoportable tener a todos criticándote o acercándosete para contarte nada mas que puros chismes debe de ser un gran peso ser la o el popular del salón.”

   Y  este es mi discurso de final de curso. Aunque aún falten 2 años para que me gradúe de la secundaria  y  vaya  a  estudiar a la Universidad, lo único que escuche de ella es que es asombrosa, que ahí todo es mucho más complejo. Y, por supuesto me dijeron que ahí te tenés que poner las pilas, por que o si no te comes el bajón de tu vida.  Espero que ese no sea mi caso.

   En fin, te voy a contar lo que me pasó el sábado en la casa de Kate, resulta que Miranda le dijo a Alejo que había amenaza de bomba y él se lo creyó y salió corriendo. Después de eso fueron a tomar un helado y.. quien sabe.. tal vez hoy nos diga “chicas, estoy súper contenta, Alejo y yo somos novios” pero se que si se lo ofrece, ella va a salir corriendo, pobre chica.. tan enamorada esta que no le da la cabeza como para darse cuenta que él esta saliendo con una chica, aunque se los ve como amigos nada mas, esa Lucia… ojala que siente cabeza y se de cuenta que ni siquiera se dieron un beso..

   Bueno, me duele la mano de tanto escribir en mi diario que tanto amo… nos vemos la próxima, Besos ♥

   Guarde mi diario al pie de la cama bajo las sábanas. Hoy nos íbamos a reunir con Kate y Miranda en los bolos, íban a ir Alejo, Nicolás y Bruno. ¿Qué me podía poner? Modelé durante media hora frente al espejo de mi armario. No, no, no, éste. Me puse un jean, unas zapatillas, una remera de manga corta y mi campera. Estaba lista.

   Agarré mi cartera y bajé las escaleras.

-Chau má, hoy salgo con las chicas – le dije a mi mamá asomándome por la puerta de su habitación, estaba tirada en la cama leyendo una revista.

-¿Adónde van? – preguntó - ¿te llevo?

-Sólo vamos a los bolos – respondí mientras intentaba leer el título de la revista. “Como superar los 40“. Wow!.

- A las 10 te quiero en casa.

- Pero son las 9

- Diez y cuarto

- Ok.

   Estaba saliendo de la casa cuando sonó mi celular. Era Kate.

-Alma, ¿Dónde estás?- preguntó agitada.

-Saliendo de casa – respondí - ¿por? ¿se canceló la salida?.

- No, solo quería saber si me querías esperar y vamos juntas. También voy a pasar a buscar a Bruno.

    Cuando escuché su nombre me di cuenta de que era el famoso chico del que Nicolás tanto hablaba.

-Sí, obvio. Te espero – respondí y colgó.

   Llevaba más de un año escuchando de Bruno. Estaba esperando a que Kate llegara. Y ahí fue cuando vi a una figura saltar de una terraza y un grito ahogado salió de mi boca. ¿Se estaba suicidando? Casualmente, calló en dos piernas y apoyándose con la mano izquierda y me miró de reojo y se fue, mas bien, se desvaneció con la niebla.

   Me sobresalté cuando escuché una bocina. Era Kate con su auto. Entré y me acomodé en el asiento del copiloto. Arrancó el auto suavemente y me miró con cara de entusiasmo.

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