En los ojos de un asesino

Soledad

Despierto cada mañana sin encontrar el sentido de la vida, viendo a los estúpidos de mis compañeros, desearía que todos estuvieran muertos, a veces me pregunto a mi mismo ¿Cuándo acabará esta vida tan monótona que llevo? Los pensamientos me invaden...¿Soy así? O ¿Así me hizo la soledad?
Tengo una madre alcohólica, un padre que nos maltrata a mi y a mis hermanos, ellos pasan drogándose en las calles, que vida de mierda...
Salgo de mi casa sin que nadie lo note, es casi como si estuviera solo, al llegar al colegio todos me miran con desprecio es acaso mi ropa inadecuada o mi corte de cabello extraño, pero ¿Quién dijo que el extraño soy yo?  Quizá son ellos, ignoro las risas y las miradas solo me dirijo a mi salón de clase, es impresionante que hasta la maestra me haga de menos por mi forma de ser...no presto atención a ninguna clase, no me interesa escuchar a nadie más que a mí a las voces que tengo en mi cabeza, fieles amigas son, escucho el timbre que anunció que terminaron las clases, el único momento en que mi alma tiene algo de sosiego...pero no por mucho... Raúl...el típico Bulleador con problemas en casa que quiere atención viene hacia mí, otra vez aguanto sus golpes, pero, algo extraño pasó esta vez, mis voces se han calmado y aparece una que no había escuchado antes, me dice que lo golpee y será liberador prometió, me llené de valor y lo enfrenté, mi furia se fue a mis puños y lo masacré, punza su garganta con tu esfero dijo, cobra venganza seguía en mi cabeza...no lo pensé dos veces, tomé aquel esfero y lo clavé en su garganta, escupió sangre hacia mi rostro, con mi lengua lamí aquella sangre, lo estaba disfrutando...todos estaban atemorizados, recogí mis cosas y me fui rumbo a mi casa, nunca me había sentido así, estoy en un éxtasis, pero quería más, mientras caminaba mi profesora me tomó del brazo llevándome a dirección mientras todos llamaban a emergencias, ¿Él también lastima gente por qué yo no puedo? En fin, llamaron a mis padres, mi madre llegó todavía ebria escuchó todo y llegando a casa le contó a mi padre, me pegaron como nunca, las marcas en mi piel me recordaban que ellos serían los siguientes...