"Mateo"

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El primer trabajo que tuvo fue apenas a los 12 años vendiendo hielo, se vio obligado a tan corta edad a desarrollar fuerza y tolerancia al frío del hielo. Y de ahí en adelante comenzó a ganar dinero para el mismo. Siguió trabajando en cocinas, restaurantes, lavado de autos y panaderías hasta que comenzó a trabajar en la Cafetería "Siempreamore". Para él fue el trabajo perfecto, era un café y librería al mismo tiempo, él lo aceptó de inmediato no solo por el salario y la facilidad de horarios. Sino también por Natalia. Sabía que ella iría ahí porque era todo lo que a ella le gustaba. Así él podía admirarla más seguido y amarla más tiempo.

En todos sus trabajos había chicas, además muy hermosas que siempre miraban y se le insinuaban a Mateo, él jamás las miraba, incluso la mayoría de las veces ni siquiera sabía que estaban coqueteando con él. Natalia jamás se preocupaba de nada, ella tenía toda la confianza en él. Aunque Mateo confiaba en Natalia, la conocía demasiado.

El conoció a Natalia como amigos, y casi nunca se hablaban incluso menos mirarse. Ella era conocida por cierta reputación, cambiaba mucho y muy rápido, nadie podía estar con ella más de un mes en una relación formal. Y no es que nadie la amara, por el contrario, todos los hombres con los que había estado habían amado a Natalia demasiado, se enamoraban profunda y ciegamente de ella. A Mateo le fascinaba la facilidad de amar a alguien tanto, llegó a pensar que tal vez ella era algún tipo de bruja y probablemente hechizaba a todas sus víctimas. Muchas veces vio a Natalia con mujeres también, chicas con las que finalmente terminaría y serían amigas, algunas terminaban odiándola, pero Mateo estaba seguro que era ese odio que se le tiene a quien no puedes dejar de amar.

La duda que rondaba por su cabeza era si Natalia había amado a cada una de sus parejas, le parecía extraño e imposible, amar a tantas personas no es ni siquiera racional. Pero Mateo dejó sus dudas a un lado cuando ahora él fue víctima de los hechizos de Natalia, y se dio cuenta que no era brujería, era ella. Era una persona fácil de amar, tenía todo lo que quieres en una mujer, no era ni siquiera tan delgada, ni tenía ojos de color verde, ni era rubia como en las películas, de hecho, era bastante imperfeta. Era como los días con vientos fuertes en verano, se disfruta cada parte del día, es fresco y al mismo tiempo cálido; pero las ráfagas de viento podrían llegar a ser tan fuertes que podían acabar con una ciudad completa.

Desde un principio Mateo depositó toda su confianza en ella, jamás dudo, incluso cuando debió de hacerlo, no lo hizo. Jamás peleaban por nada, no había de que enojarse, todo era perfecto no solo escrito en papel, también al verlo y admirarlo de cerca y de lejos. A pesar de saber su "reputación" la ignoró por completo, y de alguna manera, su relación permaneció. En todos lados se preguntaban quién era aquel que hizo de Natalia una chica que dijera:

"Tengo un novio maravilloso, lo amo tanto, y jamás me separaré de él"

Eran las 3 frases más difíciles de decir para Natalia, y se las dijo todas a él. Mateo se sentía especial, no necesitaba un premio, ni buenas calificaciones o ir a la mejor universidad del estado, él sabía que ya lo tenía todo. Su mundo estaba sostenido por esa relación tan pura y salida de un cuento de hadas.

Excepto que no lo era. La confianza era débil, pero en la mente de Mateo era dibujada como fuerte e indispensable, a pesar de que él tenía constantes inseguridades, seguía diciendo a todo el mundo y tratando de convencerse a sí mismo que la confianza que tenían era grande. Y a simple vista uno podría deducir que era verdad. Pero Mateo se guardaba todo. Natalia era una ráfaga rápida de viento que cambiaba de dirección todo el tiempo, y Mateo tenía miedo de no poder seguirle el paso y no ser tan rápido como ella. Le daba miedo no llegar al fin de año con ella, y cuando pasaba, el ciclo del miedo se repetía para el siguiente año.

Mateo sabía que ella miraba a otras personas, y que coqueteaba con otros chicos y otras chicas, jamás tuvo problemas con eso, porque al final del día él dormía con ella, él era el gran afortunado, él era su novio. Pero algunas veces él pensaba que tal vez él era un obstáculo en la vida de Natalia, porque sin el probablemente ella ya tendría más novias, más amores, más aventuras. De alguna manera él se sentía como la jaula de Natalia, aunque no quería serlo, era la realidad. Sin él, ella ya habría obtenido la beca a Italia y se hubiera ido sin tener que pensarlo dos veces por alguien, o habría escogido una universidad más prestigiosa y lejana a él.

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2022 ⏰

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