Cuando nos conocimos.
Era una tarde en donde la protagonista se encontraba camino a casa después de una jornada de trabajo. Finalmente trabajaba en algo que le gusta, y no era mucho tiempo el que se quedaba en las oficinas.
Mientras iba caminado alguien pasó corriendo junto de ella y se desplomó por completo.
Era un joven vestido con ropa deportiva, ella se asusto, no había nadie al rededor.
—Ah... ¿Se encuentra bien?— preguntó y se acercó a aquel sujeto.
Escucho un balbuceo por parte de él, pero nada más.
Debido a que una persona tirada ahí interrumpía el pase peatonal, decidió hacerlo aún lado, solo lo arrastró al césped.
Afortunadamente no se había comido su lonche que se llevó al trabajo, quizás tenía hambre y se desmayó, no lo sabía.
—Disculpe— hizo señas enfrente se su cara pero no reaccionó, dió palmadas en sus cachetes y tampoco.
De repente se movió y se sentó, se veía algo mareado y observó a la chica, después miró a sus costados.
—¿Qué pasó?— se preguntó para sí mismo.
—... Te desmayaste hace un momento, creo...— mencionó algo tímida. —Supuse que es porque estabas haciendo ejercicio y probablemente no comiste bien— explicó tranquila y saco de su bolso su lonche.
—¿Qué?— parecía más dormido que despierto.
—Come, te vas a recuperar, seguramente—
El joven castaño le miró, después a la comida y volvió a mirarla así unas tres veces, decidió aceptar su comida.
—Gracias...—
—Me llamó (T/n), Yamamoto (T/n)...— asintió como forma de presentación.
—Un gusto, mi nombre es Saitama—
—Igualmente... Un gusto— se sentó junto a él.
—Oye... Cocinas muy bien— ella sonrió.
—Gracias. Por cierto ¿Por qué estabas corriendo si estabas tan agotado?— preguntó curiosa.
—Estoy entrenando— decía mientras comía.
—¿Irás a un maratón?— volvió a preguntarle.
—No, yo... Quiero ser un héroe, por eso intento volverme más fuerte— al escuchar la palabra héroe se le iluminaron los ojos a (T/n).
—¡Vaya! Yo también... Quería ser un héroe... De niña— poco a poco disminuyó su voz. —Me alegro que haya alguien que nos proteja de los monstruos— sonrió.
—Nunca es tarde para cumplir tus sueños, eres joven, puedes empezar a entrenar— le ánimo y bebió un poco de agua.
—Tu también te ves joven, al parecer vas a ser un héroe muy reconocido— también le ánimo.
