¿Que pasaría si tú peor pecado cobra forma física y te atormenta por un largo tiempo?
Es difícil desacerse del pecado mortal, y se dice que puede ser compartido con más individuos....
Sus antepasados tuvieron historia con 𝗘𝗹𝗹𝗮 sin embargo, al re...
Hace unos días te habías encontrado un precioso campo de flores de lavanda, es es mismísimo campo que habías cuidado hace cien años atrás, dónde había empezado por una pequeña mata de lavanda termino siendo un gran e hermoso campo de flores, desgraciadamente está abandonado, llevas algunos días ahí mismo y ni un alma ha aparecido. Un punto a tu favor, no tendrás que sentir ese vacío.
Recostada en el suelo floreado, juegas con una pequeña flor, tarareando una canción que alguna vez te canto tu medio hermano mayor.
Ah, como extrañas todos sus regaños, sus sonrisas, todo.
-Bueno, no sirve de nada ponerme triste...-Un canto te llega a los oídos, levantas la mitad de tu cuerpo sosteniendolo con tus brazos, miras a todas direcciones con la esperanza de encontrar al dueño de esa hermosa melodía, se vuelve a escuchar aún más fuerte.
Sin perder el tiempo corres a dónde te lleven tus sentidos auditivos, y lo vez.
Debajo de un gran árbol de glicinas, con un suerter de lana y una pantalón negro, con algún libro de romance y unas anteojos está Alessandro.
Tú Alessandro, tú hermanito mayor, cantando a capela con una gran sonrisa.
Tú comienzas a acompletar la canción con tu voz, aunque estás consiente de que no te escuchará. Cantas a todo pulmón, cerrando los ojos mientras una lágrima cae por tu mejilla hasta que cae en una de las flores, haciendo que está brille un poco.
Y entonces, el moracho lo escucha.
La voz de una mujer adolescente, algo asombrado de que se sepa la letra de una canción que solo ha estado en su familia por siglos, alguien más la este cantando con tanto sentimiento.
Tú terminas de cantar para darte media vuelta y irte por dónde veniste, sin darte cuenta de que una piedra está en tu camino haciendo que te tropezaras y caigas colina abajo llenando tu ropa de pasto y tu cabello de flores.
-Auch, Auch, duele...Jajaja.-Te ríes de ti misma sacudiendo tu ropa aún en el suelo, una morena mano aparece en tu campo de visión.
-¿Está bien señorita?-Alessandro pregunta con tono preocupado, vio como aquella extraña chica tropezó con una piedrita y cayó muy feo.
Sin darte cuenta la aceptas con algo de pena, y lo más sorprendente...-Si, suelo ser así de torpe avec...-Pudiste sentir su tacto, su cálido tacto.
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