Capítulo 45

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NARRA MERY
Salgo a la sala de espera, rezando porque mi Roxy y el tal Nate, no estén peleandose.
Roxy me habló de él. Es guapo y parecía majo.

Entonces, una llamada me saca de mis pensamientos.
-¿Si?

-¿Mery?

-Si. ¿Scott?

-Si.- suelta una pequeña risa al otro lado del móvil y me hace sonrojar.

-¿Qué tal?

-Mal.

-¿Qué te pasa?- mi voz suena con algo de miedo.

-Que no estás aquí conmigo.

-Mierda Scott. Me habías asustado.

-Eso es que te preocupas por mi...

-Lo hago.

-¿Y tu dónde se supone que estás?

-En el hospital...- Antes de acabar la frase, me interrumpe.

-¿Que? ¡Mierda Mery! ¿Qué te ha pasado? Voy para allá.

-Scott. Estoy bien. No me ha pasado nada. Veo que tu también te preocupas por mi, pero Roxy se ha desmayado y la he traido al hospital con Nate.

-¿Nate?

-Si.

-Hmmm... Bueno, ¿podrías volver?

-¿Al hotel?

-Si. Quiero comer contigo. ¿Puedes o te recojo?

-Tengo que preguntarle a Roxy si necesita algo más y te digo.

-Esta bien.

-Ahora hablamos.

-Espera, Mery.

-¿Si?

-Te quiero.

-Y yo. Un beso.

Cuelgo.
Me levanto de la silla y entro en la habitación de Roxy sin esperar lo que estaba pasando dentro...

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NARRA ROXY

-Dimelo otra vez.

-Te quiero. Te quiero, Nate. Te quiero.

No se lo que digo. Realmente no se lo que digo.

-Yo también te quiero, Rox.

Y ahí, sin pensarlo. Le beso. Intensamente.
La gente no se creería que acababa de sufrir un desmayo.
Acaricio su pelo y él mi espalda.
Sentada en la cama. Su cintura a la altura de mis piernas. Se acerca a mi.

Y sin esperarlo ni desearlo, la puerta se abre.

Mery.

Nate y yo nos separamos y miramos la descompuesta cara de mi amiga.
No hablamos. Mejor no hacerlo.

-Yo...Scott me ha...llamado para comer...¿Necesitas algo más?

Niego ligeramente con la cabeza.

Ella asiente.

-Mery. No digas nada, por favor.

-Esta bien.

Sale de la habitación cerrando la puerta.

Nate suelta un gran suspiro y me mira a los ojos.

-Gracias.

-¿Por?

-Por decirme que me quieres. Aunque no sea verdad. Lo necesitaba.

-Nate, sabes tan bien como yo, que es verdad. No se qué tienes. Pero me encantas.

Sonríe tímidamente y se acerca a mi. Me besa la mejilla y apoya su frente con la mia.

-¿Cuánto tiempo vas a estar en el hospital?

-Varias horas mas, supongo. Aunque ya me siento bien.

-Muy bien.- resalta el "muy" y sonríe pícaramente.

-Hola, señorita Tomlinson.-una enfermera entra en la habitación.- le vengo a decir que si se encuentra bien, puede irse entre las siguientes dos horas. Tome estas pastillas después de cada comida y no haga muchos esfuerzos en los tres próximos días.

-Bien, gracias. Yo me aseguraré de que sd lo toma.- me guiña un ojo y la enfermera sonríe.

-Me alegro de que tenga gente que le apoya y quiere a su alrededor.- me dirige una cálida sonrisa y sale de la habitación.

-Tiene que estar muy amargada.- Nate interrumpe el silencio.

-¿Por?

-Ha dicho que se alegra de que tengas a gente que te quiera. Eso es que ella no tiene.

-¿Y a ti que más te da? Deja a la pobre señora en paz.

-Vale, mamá.

Abro la boca en forma de sorpresa. Me hace gracia que intente enfadarme.

-Si te encuentras mejor, nos podemos ir.

-¿Tanta prisa tienes, Nate? ¿Has quedado con "la tetas"?

Entonces, el chico suelta una enorme carcajada que me hace retumbar.

-¿La tetas?

-Es lo único que tiene...

-No seas tonta, Roxy. No se le puede comparar contigo.

-Pues bien que le metías la lengua hasta el estómago.

-Pero no sentía nada. Ella no me gusta. Solo es una amiga, y además es homosexual.

-Ya... Voy a cambiarme.

-Tu ropa está en ese armario. Espera.- se acerca al mueble y saca delicadamente mi doblada ropa.- aquí tienes.

-Gracias.

El sonríe y se sienta en la silla azul situada a la derecha.

-¿Puedes salir?- pregunto levantando una ceja.

-Claro, pero no quiero.

-No me pienso cambiar contigo delante.

-Pues no te cambies.

-Nate...

-Roxy...

-Es solo un minuto, por favor.- digo algo irritada.

-Esta bien.

Rueda los ojos y sale de la habitación. No tardo en vestirme y me vuelco a sentar en la cama, haciendo un resumen mental de todo lo que a pasado en una pequeña tarde.

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