Sentimientos

Capítulo 44

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NARRA MERY

En la sala de espera hay mucha gente. Antes de entrar a la habitación de Roxy, no había tanta.
Cada vez, se llena más y me empiezo a agobiar.
Decido levantarme de la incómoda sala cuabdo justo, empieza a sonar mi móvil.
Es Alex.

-¿Si?

-Mery.- oigo sollozos y su voz desesperada.

-¿Alex? ¡¿dónde estas?!

-En la calle... No se exactamente donde...ven, por favor.

-Alex, ¿qué haces sola? ¡Busca a David! Estoy en el hospital.

-No puedo,Mery... Tengo miedo.

-Joder Alex, sal de ahí.

-Mery...Mery, por favor - se que llora, y mucho. -Mery, ven, por favor. Él está aquí.

-¿Él? ¿Quién es él?- silencio- ¡Mierda Alex, contesta!

Y entonces, un grito. Un basto sonido que supongo, era el móvil contra el suelo.
Más gritos, de ella. De Alex.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal al escuchar el último grito. Fué como un suspiro.

Realmente, no se que hacer. No soy la más valiente del grupo.
Incluso me da vergüenza pedir algo a un camarero. Pero esto no se trata de mi. Es mi amiga. Está mal. Sola.
¿Le habrán hecho algo?
Y la pregunta más importante...
¿Quién es él?

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NARRA ROXY

-¿Perdón? - una pequeña risa sale de mi, sin poder evitarlo. Y la ceja derecha se levanta.

-Lo has oido perfectamente.

-Creo que te estás equivocando, Nate.

-¿Sabes...? Estás muy sexy con esa bata de hospital.

-¿Qué? - me río. ¿está de coña?

-Es la verdad. Pero bueno,¿me vas a pegar o recurro a la segunda opción?

-No te pienso pegar.

-Eso es que tengo permiso para besarte ¿no?

-No, Nate. Tienes permiso para largarte de aquí.

-¿Quieres que me vaya?

No, no quiero.

-Si.

-Bueno, vale. Pero al menos, un beso de despedida. Aunque sea en la mejilla.

Ruedo los ojos y frunzo el ceño ligeramente.

Me acerco más a él. Nuestras bocas, a escasos centímetros.
Pero no. No le voy a besar.
Se que soy pesada. Pero ¡ha pegado a mi mejor amigo!

Le beso delicadamente la mejilla. Y él me rodea con sus fuertes brazos la espalda.

Su abrazo es cálido y acojedor.
Entierro mi cabeza sobre su hombro y aspiro su aroma con fuerza. Huele muy bien. (Se que parezco un perro, pero enserio, huele muy bien)

-Te quiero, Rox.

¿Qué le digo ahora? Mejor no responder. ¿No?

-Rox. ¿me has oido?

-Si.

Seguimos hablando abrazados. Sin mirarnos las caras.

-¿Vas a decir algo al respecto?

-Yo... No... No puedo Nate. Tu lo sabes.

-Solo dilo. Aunque no sea cierto. Necesito escucharlo. Hace mucho que no lo escucho. Lo necesito, por favor.

Las palabras salen sin pensarlo ni un segundo. Se que siento algo por este 'casi desconocido'. Me gusta. Y creo que más de lo que debería.
No quiero que esto sea así. Pero realmente esto, lo digo con sinceridad:

-Te quiero, Nate.