fool me once (kiss me twice) - minsung

007

Ojos redondos como plato miran a los de Minho, abiertos y horrorizados como si lo hubieran atrapado. Sus mejillas son redondas, como las de Jiho, sus labios chicos, no gruesos y llenos como en las fotos. No es nada como en las fotos. Su pelo no es largo ni negro sinó corto y color vino, llegándole hasta la punta de sus orejas. Es bajo, más o menos unos 6 centímetros más bajo de lo que Minho esperaba.

Esto tiene que ser algún tipo de broma de mal gusto.

"Minho?" Jisung-no, el falso Jisung-suelta.

Inadvertida sobre la respectiva crisis que los dos están teniendo, Jiho continúa, acercándose a su hijo para darle un abrazo, "No me dijiste que estabas saliendo con uno de mis autores favoritos, Jisung!"

Jisung se mantiene quieto durante el abrazo mientras su madre se aleja para sacudirle los hombros, mirando a Minho con la boca abierta, quien cierra la suya, tratando de mantener su postura.
Minho no está seguro de lo que debe hacer. Debería exponer a Jisung en frente de su familia? Irse sin decir nada?
Seguirle el juego?

Un tercero entra a la casa, quien Minho solo puede asumir como el padrastro de Jisung. Él luce más como Jeongin, alto, con ojos finos y una barbilla cuadrada cubierta con una corta barba. Parpadea, mirando alrededor. "Jisung está saliendo con quién?"

Minho elige morderse la lengua mientras que la madre de Jisung lo introduce con su padrastro, Doyun, siguiendo el juego por ahora. Doyun parece estar contento por las noticias, y Minho supone que tendría que estar agradecido de que no le están diciendo insultos homofóbicos y echándolo a él y a Jisung de la casa.

"Okay, entonces," Suspira Jiho, dejando el libro de Minho devuelta en su lugar en el estante con una sonrisa incrédula en sus labios. "Debería terminar la cena. Minho, te nos unirás, verdad?"

"Oh, Y-Yo no quiero molestar-"

"No seas tonto! Todos amaríamos que te quedes," ella insiste, dándole una sonrisa mientras pasa por sobre él hacia la cocina. Guiña un ojo en dirección a Jisung. "Verdad, Jisung?"

Jisung, quien ha estado parado en el mismo lugar luciendo horrorizado, forza una risa. "Claro." Mira a Minho a los ojos y luego desvía su mirada rápidamente.

"Donde están tus cosas, Minho?" Pregunta Doyun. "Jisung puede ayudarte a que te acomodes mientras esperamos la cena."

"De hecho, me estoy quedando en un hotel-"

"No hay necesidad de eso!" Dice Jiho desde la cocina. "Tenemos bastante espacio aquí, querido. No hay hoteles por aquí que valgan el dinero que cobran, de todos modos."

"Eso es verdad," asiente Doyun. "Jisung, por qué no llevas a Minho a buscar sus valijas?" Minho mira a Jisung, quien abre sus ojos aún más.

"Y préstale uno de tus sacos!" Jiho agrega otra vez.

"Realmente lo aprecio," empieza Minho, "pero de verdad no quiero estorbar, y-"

"No estorbas para nada, hijo," Doyun interrumpe con una firme mano en el hombro de Minho y una amable sonrisa. "Amaríamos tenerte aquí."

"Yo-" Los labios de Minho se abren inútilmente antes de que termina asintiendo en derrota. "Gracias."

No hay razón para causar una escena. El partirá con Jisung en el hotel y verá qué hacer desde ahí. Jisung puede contarles las noticias sobre su trabajo como catfish cuando regrese a su casa. Solo.

"Bueno," dice Doyun, echándole una mirada expectante a Jisung. "Vayan ahora así regresan a tiempo para cenar."

Jisung asiente entrecortadamente. "Cierto. Um... Te traeré un abrigo."

Desaparece por la puerta cerca de la cocina. Jeongin le da a Minho lo que parece ser una sonrisa apologética antes de subir las escaleras sin decir nada, y su padre se sienta en su sillón reclinable mientras prende la televisión, dejándolo a Minho solo, pensando en lo estúpido que se siente.

Jisung vuelve con un grande, acolchado, blanco abrigo en sus manos mientras se acerca a Minho, parándose lo más lejos posible mientras se lo alcanza.

"Aquí tienes," dice bajito, ojos fijos en el suelo. Minho aprieta su mandíbula mientras agarra el abrigo y se lo pone antes de seguir a Jisung afuera en la fría noche, echando fuego por sus ojos mientras se acercan al garaje en silencio.

Minho no está seguro de quién está más enojado: Con Jisung, por engañarlo, o consigo mismo, por haber sido lo suficientemente estúpido para viajar hasta aquí por alguien que no conocía. Jisung mintió con su apariencia; Pudo haber mentido con cualquier otra cosa. Tal vez mintió con todo lo que le dijo a Minho alguna vez. Tal vez todo fue una broma para él.

Minho cayó en una mentira.

Resistiéndose al impulso de salir corriendo a la calle, llevándose el lindo abrigo de Jisung con él, Minho, de todos modos, sigue a Jisung a la plateada camioneta con asientos de cuero que parecen caros. Debe ser el vehículo en el que llegaron hace un rato, el calor todavía impregnado en el interior.

Jisung arranca la camioneta y Minho se pone su cinturón, mirando adelante hacia el parabrisas.

"Lo siento," larga Jisung. "Realmente lo siento, primero que nada."

Minho pasa su lengua sobre sus dientes.

"Se... Se salió de control," continúa. "No quería que llegara tan lejos. Pero cómo se suponía que tendría que saber que ibas a buscarme, qué mierda? Y decirle a mis padres que eres mi novio?!"

"Tu me dijiste dónde vivías!" Minho defiende, sintiéndose hervir de indignación. "Y no le dije eso a nadie. Tu madre asumió y yo no tuve tiempo de corregirla antes de que apareciste tú."

"Oh, perdona," dice Jisung irónicamente. "Usualmente, las personas no vuelan todo un país para aparecer sin invitación en la puerta de alguien al que nunca conocieron. Disculpa que no tuve eso en cuenta antes de que aparezcas en mi casa."

"Usualmente, las personas no crean perfiles de citas con la cara de otra persona tampoco!" Escupe Minho, y Jisung se estremece. "Sin invitación-ja. Tu me dijiste que desearías que estuviera aquí. Bueno, aquí estoy. Feliz maldita Navidad."

"No lo dije en ser-"

"No lo dijiste en serio? Bien. Hemos establecido que eres un maldito mentiroso. Nos podemos ir?"

Jisung suspira. "Minho-"

"Jisung, por favor," dice Minho, y detesta el tono de súplica en sus palabras. "Solo llevame al hotel así puedo comprar un vuelo a casa en paz."

Después de un momento de incertidumbre, Jisung prende las luces y conduce fuera del garaje. Ninguno dice nada en todo el viaje.

Es hasta que llegan al estacionamiento del hotel que Jisung intenta otra vez. "Podemos hablar?"

"Hemos hablado lo suficiente." Tratando de irse antes de perder la poca dignidad que le queda, Minho se estira hacia la manija de la puerta solo para escuchar el ruido de esta trabándose. Se da vuelta a mirar a Jisung, echando fuego. "Sabes que puedo destrabarla."

"Por favor," pide Jisung, sus oscuros ojos brillando. "Escuchame?"