¿Ficción o realidad?
Si te pidieran elegir entre vivir la vida real o vivir en un libro, ¿qué elegirías?
Supongamos que si eliges el primero, no existe el segundo y visceversa.
Estoy casi segura de que aquel que se haya enamorado de algún libro elegiría vivir ahí sin pensarlo. De cualquier manera los libros toman las formas que más nos gustan, si describieran un hermoso lugar con flores pero no dijeran el tipo o por lo menos el color, pondríamos las flores que más nos guste ahí, o las pintaríamos de rosa, no te detendrás a pensar mucho en el nudo de la historia, en la guerra, en el dolor, porque te parecerá mucho más interesante que tu vida actual.
Si me pidieran elegir entre vivir en un libro o en la vida real, después de pensarlo un poco llegaría a la conclusión de que viviría en la realidad. Y es que, si lo pienso dos segundos, cada una de las personas que conozco las encuentro como libros. Claro, hay libros buenos y malos, pero de todos se aprende, mucho o poco o nada, pero incluso ahí de los libros (personas) más estúpidos sabemos que no queremos leer más libros de ese tipo.
Últimamente he estado viendo a las personas como libros y poemas, en conjunto. La humanidad puede ser muy bella, curiosa, morbosa, y cada uno de los adjetivos que creamos por la necesidad de describir con presición. La humanidad puede ser inhumana. Sin meterme mucho en el hecho de que la mayoría son objetos abstractos, te diré qué pienso de los aspectos humanos, especialmente de los míos.
Me gusta la bendición humana de poder sentir, me gusta mi necesidad humana de escribir lo que siento, por preguntarle a mi amigo cómo se siente, la necesidad que siento por querer hacerlo sentir mejor pero por lo último la decepción que siento al no ser nada más que humana, impotente, inepta, tonta, ignorante, que no puede ayudarlo a superar sus emociones humanas.
Pero también me encanta la necesidad humana que tengo por aprender, por ser útil, por soñar y ser avara. A mí, me parece un poema, me parecen muchos libros que tienen historias que contar.
