Albert
Las personas de mi alrededor aplaudieron incluso aún después de que él show terminara, la gran oleada de aplausos era imparable. Había revivido ese sentimiento de plenitud. Ya era un mes desde que regrese a Francia y me sentía tan libre que dar presentación cada noche. Estaba tomando control de mi propio sueño.
Recuerdo esos pequeños destellos en mi rostro, que eran provocados por las cámaras que el público sacaba luego de terminar una función, aclamando siempre un segundo acto, lo cual no solía suceder a menudo y siempre terminaba huyendo a los camerinos donde se encontraba el estuche de mi violín, era un sutil color marrón y su hermosos interior carmesí aterciopelado, sin duda el tío Fiore se había lucido con el regalo de cumpleaños de hace cinco años, de todos los violines este era mi favorito.
Para cuando me dirigía a la salida del salón un coche negro estaba aparcado en la entrada, bien sabía que se trataba de mi padre. Desde ese momento supuse que todo ese sueño se había hecho polvo y por si no fuera poco ese día no hizo más que reclamar sobre lo mal que estuvo mi presentación durante todo transcurso de la noche.
—¿Eso te pareció dar un show? —cuestionó con un tono aturdiendo mis sentidos, sus manos estaban inquietas y solo iba de un lado a otro, recorriendo la distancia de la puerta de mi cuarto a la ventana.
—Pensé que seguías en Houston. —fruncí el ceño dejando mi violín en la esquina de mi cama.
Mis padres eran refinados según sus dichos, se la pasaban viajando para encontrar nuevos inversionistas, así que luego de regresar a Francia mi madre mencionó que iría a Texas con papá.
—¿Creíste que tus fiestas iban a durar toda tu vida? —alzó una de sus cejas con autoridad, siempre tratando de intimidarme pero no tenía sentido, jamás lograba su objetivo y él odiaba eso. —Veo que venir a mudarte nuevamente aquí no te a servido de nada.
—¿Acaso has visto cuánto me he esforcé? —respondí casi gritando.
—¿Esfuerzo? ¿Cual esfuerzo? dime cuál a sido tu esfuerzo todo este maldito tiempo. —farfulló dando un suspiro al final.
No me quedaría callado más tiempo y si de eso trataba toda mi fortuna prefería no tenerla. ~Eres un cretino~ creí haber dicho eso pero mi cerebro no podía ni siquiera procesarlo.
—Tú siempre ves lo peor de mi. —es lo único que dije.
Salí de la habitación mientras escuchaba los mil reclamos de mi padre y el grito de mi madre pidiendo que me detuviera.
Pero ese día olvidé por completo lo que ellos querían, simplemente seguí a donde mi corazón me guiara.
Había llegado a un parque y al ver mi reloj me di cuenta que eran las 7:56 p.m, estaba anocheciendo bastante rápido para que el cielo se tornara azul oscuro. Me senté sobre un columpio. Estaba agotado, mis pantorrillas dolían. Había corrido demasiado y después de darme cuenta noté que me encontraba del otro lado de donde estaba mi casa.
Mi arrepiento apareció por un momento, pero alguien lo ahuyentó. Un chico pelirrojo se sentó a un lado de mi, su perfil era perfecto y tenía unas tres perforaciones es su oreja, además llevaba un bonito cárdigan color vino.
—Se te caerán los ojos si me sigues mirando. —su voz era jodidamente sexy, aunque salí de mi burbuja cuando dijo aquello, despistando mi mirada hacia el frente. El simplemente sonrió burlón para después presentarse. —Soy Belmont Miler aunque las personas cercanas siempre me llaman Bel ¿Tú eres?
—Lo..lo siento... —no me dejo terminar porque para eso volvió hablar.
—Que extraño nombre, como sea mucho gusto señor lo siento. —río un poco y aunque trate de detenerlo parecía que solo le daba más gracia mis gestos. —¿De verdad te llamas así? durante toda mi vida escuché mejores nombres que ese.
—No, es solo que no me dejaste terminar. Mi nombre es Albert. —lo dije sin rodeos tratando de no tartamudear. El siguió mirando hacia el frente, evitando contacto visual conmigo.
—Lindo nombre. Sabes es un lindo nombre para un perro o tal vez un gato. —informó burlándose.
Me estaba molestando, esto ya no parecía ser un juego, solo intentaba no alterarme y no parecía importarle porque sus risas no se detenían.
—¿Que se supone qué haces? solo vienes a molestar a otros. —pronuncie con fastidio. Lo lindo se le había quitado ese día. Me levante advirtiéndole algo al final. —Será mejor que te largues.
—Parece que no a todos le agradan los chistes eh. —dijo con una sonrisa en su rostro. Tenía unos hermosos ojos color miel.
Esa maldita mirada que tenía solo me desconcentraba más. Tome la decisión de irme de ahí, quizás solo estaba borracho y no quería empezar una pelea innecesaria, pero él parecía ¿seguirme?
En realidad yo siempre era muy desconfiado.
—Das un paso más y te golpeó. —hable a lo alto para que se detuviera. Ya habíamos pasado una cuadra y el no se detenía.
—Quien dijo que te seguía, voy para mi casa señor que se creo que todo gira a su alrededor. —aquello se había escuchado pesado y eso era lo que reflejaba luego de dar unos pasos más grandes para detenerse justo enfrente de mi.
Me hice a un lado mientras rodeaba los ojos y seguí mi paso, dirigiéndome al contrario del camino para evitar tropezar nuevamente con ese chico tan idiota. esperaba no toparme con el otra vez o de verdad parecería que dios me estaba dando una lesión.
Llegue a mi casa dadás las 12:00 pm de la noche esperando que mis padres ya no se encontraran ahí, pero para ese entonces los únicos era Cooper y Johnson quien por su aspecto y olor estaban totalmente borrachos.
John luego de observarme con detenimiento, corrió a mis brazos comí si alguien me hubiera lastimado, dijo algunas idioteses y mejor lo lleve a su cama botándolo por el colchón y quitando sus pantalones y calcetines para poder cubrirlo con una cobija. Esta era la quinta vez en el mes que hacía eso, se había vuelto costumbre y odiaba el hecho de que siempre terminara en ese estado, era mi amigo, por obvias razones me preocupaba por el.
Llegue a mi cuarto y no hice otra cosa que tirarme sobre mi cama, Me quede pensando sobre ese chico que me había provocado una mala noche luego de sus chistes sin sentido. Que fastidio de tan solo pensarlo, aunque era atractivo. No entiendo porque seguía pensando en el.
—Deja de pensar en el
...
Mi cuerpo me pedia dormir aunque yo no podía, me dirige hasta el escritorio donde saque una libreta. Usualmente dibujaba ahí cada vez que tenía inspiración, así que pinte en ella el rostro de ese chico, era bastante bueno dibujando cuando algo llamaba mi atención.
Eran las 2:30 de la madrugada y apenas había terminado el retrato.
—¡Vaya! no sabía que mi mente podía memorizar tantas características sobre alguien que apenas conocí. —hable para mi.
Una vez lo termine lo dejé encima del pupitre, busqué algún papel calca para cubrirlo y que el lápiz no se manchara pero en vez de eso todas las hojas del cajón de donde estaba buscando se cayeron sobre el suelo dejando visible una muy extraña ¿Por casualidad ya lo había visto antes? era un retrato del mismo chico aunque en este se vía un poco más joven y la fecha era diferente ~3/08/2004~
—Eso fue hace exactamente nueve años. —susurre para mi mismo, no entendía bien de que se trataba, intente recordar que había pasado en ese momento, pero nada venía a mi mente.
No quise pensar demasiado, imaginaba qué tal vez lo había visto en otro lado, además era atractivo y un buen modelo para pintar.
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La sinfonía de tu corazón
Fanfiction¿Hay personas capaces de olvidar cuando el amor se vuelve especial? ¿Fue bueno volver a tropezar contigo? La vida los volvió a cruzar pero las desventajas siempre siguieron siendo las mismas. ⚠️Nota: Esta obra es totalmente ficción y creada solo po...