7

594 54 4
                                    

"Pero el tiempo se para y te acercas diciendo..."

Y como si de un sueño se tratase, ahí estaba de nuevo, sentada junto a Cheryl. Una vez más había ido hasta mi estación, con la promesa de viajar juntas tal y como le había dicho el día anterior. Pero sentía que me mentía, siempre nos veíamos. No tenía porque ir a mi estación, aunque me gustaba que lo hiciera me hacía sentir especial, como si le importara.

No comiences a hacerte falsas ilusiones, Toni.

"Entonces estudias baile..." pronunció luego que le contara un poco de mi vida "pues, yo me graduo este año estudió composición musical, como te habrás dado cuenta" me dio un ligero codazo, recordando que vi sin su permiso su libreta.

"Basta, Cheryl, te he pedido disculpas" le miré con una sonrisa, esperando que funcionara y con esto dejara de recordarlo.

"Estoy jugando, Toni" sin más llevó su mano hasta mi cabeza donde ahí despeinó mi cabello juguetonamente. Sentí como si un rayo me atravesara, uno muy bonito que no me iba a causar la muerte.

Creo.

"Además" agregó " he dicho que te debo algo, eres mi salvadora. Eres como un ángel, ¿cómo debería pagarte?" bajó su mano lentamente de mi cabellera y me miró con aquella expresión seria que me cautivó desde el primer momento en que la vi. Nunca creí que me dedicara a mí una de sus sonrisas.

¿De verdad sigo viva?

"¿Toni?" interrumpió mis pensamientos.

"¡No es necesario! Los ángeles no andan por ahí cobrando los favores que les hacen a los humanos, ¿o sí?"

"¿Ah no? ¿Entonces que haces aquí en la Tierra, ángel?"

Sentí como la sangre se me amontonó en las mejillas, Cheryl me había llamado ángel. ¿Eso era coquetear, acaso? ¿Ella era como yo?

¡Basta Toni! Si rompe tus ilusiones también te romperá a ti.

"No soy un ángel, Cheryl" rasqué con nerviosismo mi mejilla, tratando de ocultar el rubor que traía.

"¡Acabo de ver un ángel sonrojarse! Debe ser mi día de suerte"

¿Cómo puede decir eso sin ni siquiera pensar lo que causa en mí? Solo lo hizo y se acomodó sobre el respaldo del asiento, como si de su cama se tratase.

De pronto, el tren frenó su marcha de manera abrupta, sorprendiéndonos. Del fuerte movimiento, me recargue sobre ella.

Mi corazón de pronto dolió. Se suponía que debía evitar cualquier tipo de sustos, pues mi cuerpo no es apto para ello o algo así mencionó el doctor.

Trataba de controlar mi respiración, el tren se detuvo y los focos que alumbraban el lugar comenzaron a parpadear.

Dios me escuchó, se detuvo el tiempo hoy.

"Toni, ¿estás bien?" me miró preocupada mientras me sostenía y se acomodaba en el lugar.

"Sí, solo me asusté" me faltaba el aire y apenas pude susurrar.

"¿Segura?" insistió pasando sus manos por mis mejillas, tomandolas delicadamente sin dejar de observarme.

"¿Por qué te mentiría?" y lo hice, mentí.

"Está bien..." dejó de insistir y miró a su alrededor quitando sus manos sobre mí. Lo agradecí, sentir sus manos era una sensación increíble pero mi cuerpo no lo soportaba, me ponía lo suficientemente nerviosa como para hacerme daño a mí misma "parece que ha habido una falta en el tren y por eso nos detenemos"

"Sí" no quería fallar, no hoy. No ahora, no enfrente de ella.

Saqué de mi mochila el pastillero que me acompañaba a todos lados desde hacía dos años y con ayuda de mi agua, la tragué. Me recosté sobre el respaldo del asiento y miré al techo.

Tienes que controlarte, ella te está mirando.

"¿Estás enferma?" me preguntó analizando mi rostro.

"Algo así..." ya más tranquila, me atreví a mirarle.

"¿Más que una simple gripe?"

"Ajá, pero ya estoy mucho mejor, ¿sabes? Pronto me curaré" dije esperanzada y me despegué del asiento.

"Me alegro" y dudando entre agregar más: "eh, ¿puedo decirte algo? Quizás suene raro, pero quiero hacerlo. Además, parece que el mundo ha conspirado para que lo haga. Me regaló más tiempo"

Sonreí.

Sonreí achicando los ojos como muy pocas veces lo hacía, pues Cheryl, la chica seria que creía que todo este tiempo me había estado ignorando, estaba frente a mí, nerviosa.

"Dime Cheryl. Te escucharé"

"Sé que hasta ahora comenzamos a hablar y solo apenas te conocí realmente pero, por alguna razón inexplicable, los fines de semanas te extrañaba" bajó la mirada evitando la mía " eso ha sonado bastante extraño, lo siento"

"¿Me extrañabas?"

"Aún no he terminado, respeta" me regañó y yo me disculpé, callándome una vez más para dejarla terminar esta vez "hay otra forma para llegar a mi facultad, ¿sabes? Una más fácil y rápida, pero desde que te vi, prefiero esta ruta"

"¿Por qué?" pregunté con cierta incredulidad en mi tono de voz.

"Se me hizo costumbre verte, creo" soltó sin más.

"Oh..."

"Y, quizás es extraño, pero eres bonita, me gustan las cosas bonitas"

"Cher, no soy bonita" mis mejillas volvieron a arder y con toda la pena del mundo, llevé mis manos a mi rostro para ocultarlas de la menor. Debía estar soñando, sin duda, es demasiado para ser realidad.

No soy más que una extraña, ¿por qué yo?

"Lo eres, no repliques"

"Pero..."

"Sé que quizás estés pensando: - oh, ¿por qué una chica me diría eso, que extraña, debería de huir. Pero, dado que soy música, me gusta expresar mis sentimientos. aunque a veces me cueste" continuó con su discurso, chocando sus palabras, realmente estaba nervios. Y me sentí afortunada de verla así.

"No estoy pensando en eso, Cher"

"¿No?"

"En absoluto, ¿por qué estaría mal que una chica le diga a otra que es bonita? No es como si lo fuera pero..."

"Lo eres" volvió a interrumpir "y tienes razón, no hay nada malo en ello"

El tren volvió avanzar y mi corazón volvió a latir con mayor intensidad pero sin dolor. Esta era Cheryl Blossom, la que causaba que mis latidos aumentaran, la chica que hacía que me enamorara de ella cada cinco segundos.

"Yo no te conozco y ya te echaba de menos... "

Jueves || Choni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora