THE DEVIL IN I > ENHYPEN

I

Elena:

Eran casi las tres de la mañana y yo seguía despierta, estudiando. Por suerte había tomado los libros rápido y me había vuelto a mi habitación. Aunque tuve que cruzar el enorme campo donde juegan los deportistas, que estaba entre la escuela y la residencia dónde nos quedabamos todos los alumnos, y menos mal que el campo está iluminado, si no, tendría que haberlo cruzado en total oscuridad.

Por suerte para mí, me había tocado una residencia dónde estaba sola, entonces no tenía que compartir con nadie. Sí, lo sé, suena egoísta, pero adoro la paz y la tranquilidad, y el compartir mi casa con otra persona, ya perturbaria bastante mi tranquilidad.

Finalmente, cerré el libro enorme, de matemáticas, que por cierto, era mi asignatura favorita. Mientras "Heaven" de Julia Michaels sonaba en mis audífonos ahora, me dispuse a tomar el que sería, el último libro de la noche.

-¿Dónde rayos está?- dije buscándolo en mi escritorio. Estaba segura que lo había dejado por ahí. Era un libro de mitología, no era para estudiar, si no que lo quería leer, porque amaba la mitología.

Los vampiros, hombres lobo, brujas, híbridos, entre otros seres, me parecían fascinantes y de alguna manera no podía dejar de leer sobre ellos.

Se sabe que existen y que habitan entre nosotros pero a la vez suelen estar escondidos. Personalmente y lamentablemente, nunca pude conocer a ninguno, pero solo la idea de hacerlo me emociona a tal punto que me cuesta contener la sonrisa en mi rostro.

Tomé un poco de mi taza de café y miré hacia todos lados pensado que pudo haberle pasado al libro y como la suerte está siempre de mi lado, no voy a poder terminar mi noche leyendo algo que me gusta. Nótese el sarcasmo.

-Mierda, ¿por qué a mí?- suspiré un poco molesta, en verdad quería leerlo, pero me olvide del libro totalmente al ver mi cama, se veia tan acogedora y cómoda. Y francamente ya estaba bastante cansada.

Buscaré el libro mañana.

Asentí para mi misma ante mi pensamiento y con un suspiro decidí que ya era hora de dormir. Me levanté de la silla que estaba junto a mi escritorio y cuando terminó la canción, me quité los audífonos para ponerme el pijama, y me dispuse a acostarme en mi tan cómoda cama.

Pasaron unos diez minutos hasta que me quedé totalmente dormida.

(....)

Por otra parte, un joven caminaba por el oscuro bosque sonriendo para si mismo por lo que acababa de descubrir.

Iba con bastante cuidado, pues era la temporada de caza para los lobos, que era una vez al año, y se aprovechaban de cualquier vampiro que andaba descuidado por ahí, para comérselo.

A lo lejos pudo divisar una estructura bastante familiar para él. Con pasos sigilosos llegó a la puerta de una enorme casa, que parecía más una mansión, y el estilo del lugar era totalmente vintage.

Se apresuró a entrar para poder darles las buenas nuevas a sus hermanos. Cruzando la puerta los pudo ver esparcidos por distintos lugares de la casa y se podría decir, que se veían agotados. En sus caras había una mezcla de preocupación y enojo.

-Hasta que al fin llegas- le dijo un pelinegro que estaba tirado en uno de los sillones que había en la sala.

-Cierra la boca mocoso- dijo mientras lo apuntaba con un dedo -no puedes reclamarme nada- le respondió con un enojo fingido. En realidad estaba muy feliz y nada podía perturbar ese sentimiento en este momento.

-Cuidado con tu tono- lo retó un pelirosa -¿se puede saber dónde estabas?- interrogó poniendo sus cejas hacia arriba y cruzando sus brazos sobre su pecho.