Academia Militar |NaruSasu

21

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Los días anteriores a la actualidad fueron los mejores y peores a la vez. No se separaban en ningún momento, ni siquiera a la hora de hacer ejercicio o bañarse. Sentían que si no hacían se arrepentirían en un futuro por no haber pasado sus últimos días juntos.

Dormían pegados al otro y al despertarse llenaban el rostro de quien estaba acostado a su lado con cariñosos besos para despertarlo. Lo peor de su nube de amor era saber que faltaba poco para irse del lugar y no volver a verse hasta quién sabe cuándo.

Ambos vestían con prendas cómodas puesto que se irían el mismo día. Las maletas quedaron a un lado mientras se abrazaban con fuerza en su habitación.

—Cuídate. . . —Le pidió Naruto, acariciándole la espalda con ternura y apretando sus ojos con fuerza para evitar llorar.

—Tú también. Come bien, báñate, has ejercicio, sal a caminar y. . . y no me olvides. —Murmuró a la vez que mordía su labio inferior con fuerza.

—Jamás te olvidaré, Sasuke. Te amo. —Tomó con sus manos el rostro del contrario y acarició sus mejillas para eliminar las lágrimas que caían de los oscuros ojos.

—También te amo, Naruto. Mucho.

Sasuke inclinó su cabeza hasta chocar su frente con la de Naruto para mantener contacto visual por unos segundos. Querían memorizar el rostro del contrario tanto como pudieran; sus vellos, lunares, facciones, labios, ojos, todo. Porque todo lo extrañarían.

Naruto estiró sus labios y besó los de Sasuke con lentitud, queriendo mantenerse por siempre en la suave boca de la persona que tanto amaba.

Sasuke, sacando una fuerza de voluntad que no creyó tener, se alejó de él y le dio la espalda para tomar su maleta y su mochila. Inhaló profundamente para intentar calmarse y suspiró.

—Adiós, Naruto. Nunca dejaré de amarte. —Fueron las últimas palabras que le regaló a su gran amor.

—Adiós. . . —Susurró una vez que estuvo solo en la habitación.

Se recostó sobre la cama, dejando su cabeza en la almohada para ahogar el grito de tristeza que quería lanzar. Comenzó a llorar con todas sus fuerzas desconsoladamente a la vez que se abrazaba a sí mismo. Separarse de Sasuke le dolía como mil demonios y haberse despedido de él le rompió el corazón en pedazos.

Descansaría por un rato antes de que Kakashi lo llame para anunciar su partida a un nuevo hogar. Sasuke se había ido antes debido a que tenía que viajar, no podría retrasarlo.

No supo en qué momento se dejó caer en el mundo de los sueños, supuso que mientras lloraba sin cesar, pero al abrir los ojos por un molesto movimiento en su hombro, se encontró con Kakashi, quien lo sacudía para despertarlo. Naruto se sentó en la cama con frustración y lanzo un bostezo mientras frotaba sus ojos con sus puños cerrados.

—¿Qué pasa? —Le preguntó al mayor. Kakashi cruzó sus brazos.

—Ya es hora de irnos, Naruto. —Respondió como si fuera lo más obvio del mundo.

El menor asintió e intento levantarse con las pocas fuerzas mentales y físicas que le quedaban en su cuerpo. Tomó la valija y su mochila antes de quedar viendo por unos segundos al que fue su cuarto por mucho tiempo. Había compartido tantos momentos con Sasuke allí que le costaba hacerse la cabeza con que no volvería a estar en esa habitación ni con Sasuke. Le dolía y la tristeza abarcaba toda su mente.

Caminaron por los pasillos hasta llegar a la puerta principal, donde fueron despedidos por el serio director de la academia militar antes de subir a un auto color gris perteneciente a Kakashi. Naruto, al ingresar al mismo en la parte de atrás, notó que quien estaba en el asiento de piloto era uno de sus anteriores sargentos, quien le recomendó a su tutor un buen juez, Obito Uchiha.

—¡¿Ehhh?! ¡Él es tu novio! —Señaló a Kakashi con su rostro sorprendido. Los mayores rieron por su actuar y el pelinegro asintió.

—Espero que podamos llevarnos bien, Naruto.

—C..claro. . . —Respondió el rubio, aun con sorpresa.

El auto comenzó a andar y Naruto veía por la ventanilla con un semblante de tristeza en su rostro. Estaba dejando todo atrás y, otra vez, debía acostumbrarse a algo nuevo y desconocido en su vida. Estaba asustado por lo que sabría que enfrentaría y sumamente adolorido con tener en cuenta que no estaría con la persona de la cual se enamoró en un lugar tan horrible.

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Al instante en el que vio a su hermano mayor, sus vellos se erizaron y sus ojos se aguaron. Le fue inevitable no corresponder de la misma manera el abrazo que el mayor le daba con tantas ganas. Apoyó su cabeza en el pecho de Itachi y se permitió llorar nuevamente por todo lo que le estaba pasando ese día, eran muchas sensaciones y se sentía confundido.

—Te he extrañado mucho, Sasuke. —Le confesó su hermano a la vez que le acariciaba los cabellos con ternura. —Lamento no haber podido sacarte de allí antes, yo. . .

—Lo sé, eras joven, no tenías dinero ni nada. No te preocupes. —Se alejó de él y sorbió su nariz, luego sonrió al ver los evidentes parecidos que tena con él. Itachi le regalo una sonrisa de medio lado antes de acariciarle la mejilla.

—Estás hecho todo un hombrecito. —Comentó con gracia, Sasuke rió.

Luego de unos momentos charlando fuera del aeropuerto, decidieron ingresar al mismo para tomar asiento en una de las tantas bancas blancas del gigantesco lugar que daba vista a  las afueras como algunos aviones partían y otros volvían.

Sasuke sentía todo su cuerpo temblar. No se sentía para nada listo con lo que sucedería, pero debía prepararse ya que no le quedaba otra opción por la que elegir. Viviría una nueva vida con su hermano, la única persona que le quedaba de su familia, y sería un nuevo comienzo.

—Y. . . ¿De qué es el trabajo que conseguiste en Londres? —Le preguntó a Itachi, quien no quitó su sonrisa ni sus ojos puestos sobre su hermanito en ningún momento desde que lo vio.

—De abogado. Estudié eso, pero no conseguía nada aquí puesto que, al ser que recién comienzo, nadie quería novatos. —Esbozó una sonrisa triste. Sasuke asintió.

—Y. . . ¿Qué tal tu vida? —Quería saber todo de su hermano mayor, pero aún no habían recuperado su confianza perdida en todos esos años.

—Pues bien ahora que estoy con mi hermanito. —Le sonrió levemente. —Acabo de terminar con mi pareja. —Sasuke abrió sus ojos con sorpresa.

—¡¿Tienes novia?!

—Tenía, y novio. —Le corrigió, formando una línea recta con sus labios.

—Oh. . . —Susurró, aún sorprendido.

—Sé que de seguro esto te moleste, es decir estuviste toda tu vida en una academia militar donde seguro pensaban diferente y. . .

—Claro que no. Bueno, tal vez ellos sí, pero. . . . También tenía un. . . un chico especial en mi vida. —Desvió su vista al suelo cuando sintió sus mejillas y ojos arder.

—Lo siento, Sasuke, por mi culpa ahora ustedes se alejaron. . .

—Es tarde para seguir pensando en eso. —Intentó sonreír. Se dejó abrazar nuevamente por su hermano mayor, hasta que lo escuchó reír. Se separó de él y notó con intriga como veía detrás de él. —¿Qué pasa? —Cuestionó.

—Mira, aquel rubio estaba peleando con una azafata y ahora está corriendo hacia. . . ¿hacia aquí?

Sasuke frunció el ceño sin entender antes de quedar petrificado al darse vuelta. Entreabrió sus labios y sus ojos quedaron como platos.

—Naruto. . . —Susurró.

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