facts ; pondphuwin

44. Chico de los 21

—Pond, vamos a cenar— dijo el menor después de salir de su entrenamiento en el gym.

El castaño no pudo evitar sonreír cuando esas palabras salieron de la boca de Phuwin y enseguida se apresuró en ir a las duchas.

Todo bajo la atenta mirada divertida de Phuwin.

En cuanto estuvo listo, fue con Tangsakyuen y lo molestó hasta que ambos estuvieron en el auto del mayor.

—¿A dónde iremos?— pregunta emocionado el castaño sentándose al volante.

—Lo siento, pero quítate de ahí.

Phuwin le estiró la mano para que bajara del auto, cosa que por supuesto extraño a Pond, sin embargo, simplemente accedió a la petición del menor y tomando su mano bajo del auto.

Tangsakyuen no soltó su mano en ningún momento e hizo que rodearan el auto hasta llegar a la puerta del copiloto, dónde amablemente abrió la puerta para su mayor.

—Sube.

Pond sonrió y acato la orden de inmediato.

Phuwin tambien subió al auto.

—Phu, dime a dónde iremos— dijo Pond golpeando suavemente el brazo del menor.

—A mi casa, los restaurantes son caros.

Naravit hizo una mueca que rápidamente desapareció al pensar en el rico sazón del menor.

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La cena había estado deliciosa.

Phuwin había preparado todos los platillos favoritos del mayor y amablemente le había servido cada uno de ellos.

—¿Estuvo rico?— pregunta Phuwin llevando en sus manos tarta de queso.

—Delicioso, no creo poder comer algo más rico en toda mi vida— dice Pond —Benditas sean tus manos, dámelas que las beso.

Phuwin ríe y pone frente a él la tarta.

—Espera— dice de repente, cuando Pond estaba a punto de comer el primer bocado —Aún no lo comas.

El mayor le mira pero deja el tenedor a un lado del plato y espera.

Phuwin desaparece y las luces de la cocina se apagan.

Enseguida una guitarra empieza a sonar haciendo que el corazón de Pond se acelere de una forma increíble.

Después, la guitarra se acompaña melodiosos tarareos.

Naravit voltea tratando de encontrar a Phuwin, el menor estaba recargado en el marco de la puerta y le veía con cariño, luego comenzó a cantarle una canción de cumpleaños.

Pond se sentía muy feliz.

Espero, deleitándose con la dulce voz de Phuwin.

Y cuando esté termino, Pond se abalanzó sobre él envolviendole en un fuerte abrazo.

Naravit quería decir algo, pero simplemente no podía, estaba tan feliz que no había palabras que pudieran expresarlo.

Por ello solo optó por darle un abrazo a Phuwin, y aunque la guitarra estorbaba, eso no importaba realmente.

—Feliz cumpleaños, chico de los 21— susurro Tangsakyuen.

Pond abrazo aún más fuerte a Phuwin, apegándose lo más que pudiera.

No había palabras que decir, Naravit solo podía rebosar felicidad.

—Gracias.

—No, aún no termino.

Pond soltó un poco a Phuwin y este le miro con dulzura.

Enseguida se soltó y fue hasta el interior de la cocina, de ahí saco un pequeño pastel con una velita, la cual poco después encendió.

Se lo llevó a Pond mientras sonreía de manera cálida, haciendo que por un momento, Naravit viera todas las estrellas en los ojos ajenos.

Sentía una chispa de emoción recorrer todo su cuerpo, de pies a cabeza.

Más allá de eso, sentía que pronto explotaría de felicidad o de amor.

—Pide un deseo antes de soplar la velita.

Pond asintió, vió el pastel, era de esos que recién podías decorar. En el centro del pastel había un corazón que definitivamente había hecho Phuwin, el mayor conocía a la perfección la forma que tenían los corazones del azabache.

Pond sopló la velita después de pedir su deseo.

Phuwin sonrió en grande, otra vez le dijo felicidades y le dió un pequeño beso en la mejilla.

Después ambos se sentaron en la mesa nuevamente, las luces estaban encendidas y Pond podía ver un pequeño sonrojo en las mejillas del menor.

Comieron juntos del pastel de cumpleaños y después sólo se fueron a sentar en el sofá viendo alguna película a la que no le pusieron atención por estar jugando con las manos del otro.

Para Pond, fue un cumpleaños feliz.