-𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗜𝗙𝗘-

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Sprite se acercó a Gaia con lentitud, mientras pequeñas lágrimas salían de sus ojos.

-¿Se fue? -Le preguntó, a lo que Gaia asintió.

-Sprite... -La misma la miró. -Aún tengo la energía de la Unimente. Creo que puedo hacerte humana, puedes tener todo lo que siempre quisiste, pero tu vida terminará, morirás algún día. ¿Estás lista para esto?

La pelirroja asintió sin pensarlo.

-Sí. -Sollozo. Gaia extendió su mano al frente, mientras unas líneas doradas aparecían en su palma. Sprite puso su mano sobre la de la castaña.

[1 𝗪𝗘𝗘𝗞 𝗟𝗔𝗧𝗘𝗥.
𝗣𝗢𝗥𝗧 𝗧𝗢𝗪𝗡𝗦𝗘𝗡𝗗, 𝗪𝗔𝗦𝗛𝗜𝗡𝗚𝗧𝗢𝗡]

Druig y Gaia entraron a la casa, el ambiente fresco seguía ahí, el único inconveniente era que la casa estaba un tanto llena de polvo. Y unas cosas estaban fuera de su lugar.

-Ellos vinieron a mi casa y no se tomaron la molestia de dejar sus cosas en su lugar. -Dijo casi con su corazón saliendose.

Druig miró a su alrededor, Gaia tenía buen gusto en decoración. Pero era muy dura con eso llamado, limpieza, algo en lo que chocaban bastante.

-Seguro Sprite estuvo husmeando tu habitación al igual que Ikaris. -Bromeó. -Te ayudaré a quemar tu habitación.

Ella lo miró mal.

-No. Empezaremos por el piso de abajo, ok? -Él asintió. -Yo pongo la música!. -Gaia se alejo para prender el tocadiscos y buscar sus discos de vinilo.

-Phastos dijo que si íbamos a Dakota en una semana, quiere pasar a lo que los humanos llaman, reunión. Y dice que tu lleves la comida.

Al ambos terminar de limpiar la casa, fueron a su habitación, donde Druig miraba con atención todas sus cosas. Tenía peluches, más discos, posters y muchos libros. Hasta que su vista fue a uno en específico, la portada era totalmente lisa, con un pequeño castillo al fondo, el título era lo único que tenía color.

Un dorado brillante, con una tipografía muy elegante. "Golden Eyes" era el título de aquel libro, Druig lo tomó y empezó a hojear el libro con cuidado. Gaia el ver lo que él estaba haciendo, le quito el libro y lo escondió detrás de su espalda.

-¿Por qué hiciste eso? La trama me gusta y los personajes también. -Reprochó.

-Te dije que no lo leyeras hasta que yo te lo diera.

-Tienes razón. Perdóname. Es un lugar muy tranquilo. Me intriga saber que hiciste todos estos años tú sola.

-Nada importante. -Respondió Brevemente al salir de la habitación. Druig la siguió. -Escribir, cocinar, remodelar, sembrar, dormir y ver morir a mis amigos y mascotas durante los años.

Respondió brevemente mientras llevaba un plato de galletas hacia su pareja. Le sonrió y este aceptó una sin reprochar.

-Fue una vida muy difícil, y más si tuviste que hacerlo sola. Pero ya estamos juntos nuevamente y los problemas ya están resueltos.

-Afortunadamente. -Ambos estuvieron platicando unas cuantas horas más, hasta que la noche llegó. Gaia y el estaban en la cama de su habitación, ambos estaban leyendo el libro que Gaia había escrito.

Era demasiado cursi, pero adictivo. Con un final algo trágico, algo que le había dolido a Druig.

-Debo decir, que esto parece una visión del futuro, y espero que no. No me gustaría terminar como ellos. -Respondió con sinceridad.

Ella asintió sin verlo.

-Fue un ataque repentino de escenas que pasaron en mi cabeza, pasa cuando una emoción mía se expande y crece y crece hasta no saber si hay un final adecuado. Que sin pensarlo se hizo real por un tiempo.

Druig sabía a que se refería.

-Fue como un déjà-vu. -Sonrió con debilidad. -Tuve miedo de perderte nuevamente.

El silencio los invadió.

-¿Lo mataste? -Preguntó mirándola. Gaia comenzó a jugar con sus dedos, suspiro pesadamente y lo miró. Eso le dio la respuesta inmediata.

-Él estaba dispuesto a hacerlo contigo, con todos. No podía dejarlo. Aunque no se si hice lo correcto.

-No sabría darte la respuesta, a decir verdad no creo que nadie pueda. Tú la descubrirás a medida que pasa el tiempo, aunque ya sería demasiado tarde para arrepentirse. Pero no te agobies con eso, eres muy estricta contigo misma, y eso te hace daño. No pienses que todo lo que haces esta mal, sólo tú sabes la verdad detrás de tus acciones.

Druig abrazo a Gaia por los hombros, la acercó a ella y comenzó a acariciar su rostro. Específicamente, sus mejillas.

-Cambiando repentinamente de tema, ahora sí quieres dejarte cortar el cabello? -Bromeó.

-Lo pensaré. -Respondió Gaia atrayendo a Druig hasta su rostro, gracias a un jalón de playera que hizo. -Pero si lo haces mal, juro que te pintaré el cabello rubio.

-Ajá. -Druig tomó su cuello con delicadeza, la recostó en la cama y comenzó a besarla. Gaia mantenía sus manos en la nuca de él, para evitar que por alguna razón esté se alejara.

Él mordió suavemente su labio, mientras sonreía sobre los de ella.

-Gaia... -Murmuró mirándola a los ojos, hundiéndose perdidamente. Ella alzó una ceja, buscando que continuara. -¿Puedo decirte algo? -Dijo con las mejillas rosadas.

Estaba nervioso, se notaba en su mirada.

-Lo que sea. -Sonrió la castaña.

-Te quiero siempre conmigo. Quiero, quiero que mi ropa huela a tu distintivo perfume todos los días, quiero que seas la última persona con la cual hable todas las noches antes de irme a dormir, o incluso antes de caer en el sueño eterno. Me he dado cuenta que quise decirte esto hace siglos, y nunca me anime por miedo a tu respuesta. Quiero pasar mi vida entera a tu lado, sosteniendo tu mano; llenar el vacío que una vez deje, y alumbrar tu camino oscuro con la luz que me brindas al quererme. Quiero que seas mi esposa...

𝘎𝘖𝘓𝘋𝘌𝘕 𝘌𝘠𝘌𝘚 -𝖤𝖳𝖤𝖱𝖭𝖠𝖫𝖲 [𝘋𝘙𝘜𝘐𝘎.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora