Había pasado un año desde que Maia terminó el secundario y fingió su muerte. Dos, desde el horroroso final de las competencias, dos años desde que su única familia fue asesinada a causa del mismo monstruo: Van-Eik. Él le había arrebatado a todos a quienes amaba, a la sombra, su fiel protector y amigo; y a Samuel, su padre adoptivo con quien recién había comenzado a llevarse mejor. Por culpa de Van-Eik lo perdió todo, absolutamente todo, y ahora estaba sedienta de venganza. Y no era la única, existía todo un equipo destinado a capturarlo y acabar con su creciente reinado del terror. Un equipo que se debatía día tras día en si debían ser los buenos, los héroes que los salvarían a todos, o los villanos que caerían tan bajo como Van-Eik con tal de verlo desaparecer.
Maia estaba dispuesta a todo con tal de alcanzar su objetivo, ya nada le importaba. Su corazón tiempo atrás había abrazado con fuerza la oscuridad y ahora sangraba al no tenerla cerca. Y ella estaba segura de que, con la caída del monstruo, esa oscuridad volvería a surgir en su interior, crecería y volvería envolverla, la acompañaría como cuando era una niña.
Logan y Allen estaban perdidos, a la deriva, hasta que fueron seleccionados; hasta que les dieron un propósito, un camino para su venganza; hasta que los reclutaron y hallaron con Maia la ambición y la líder que tanto necesitaban. Una líder que había sobrevivido con ellos, que había presenciado las mismas muertes y comprendía su dolor, su odio creciente. Una líder dispuesta a resurgir en la oscuridad tanto como ellos.
Anabel quería demostrar su poder, que era más que la hija del general tan aclamado, que era más que una chica con privilegios; quería demostrar que podía ganar sin ayuda, que podía conseguir las cosas por su cuenta, y el mejor camino para el éxito era encontrar y capturar al mayor monstruo de sus tiempos: Van-Eik.
Josh no sabía qué hacer de su vida, todo en él había cambiado desde su último año de secundario: su novia lo había dejado; sus amigos se habían perdido en el dolor y la rabia; su mente era un caos; y no había ni una sola noche que no tuviera pesadillas, no existía una noche en la que no recordaba cómo sus compañeros de equipo habían sido asesinados mientras él se escondía. Y él ya no quería tener miedo, no podía soportar seguir soñando y despertando viendo como el monstruo irrumpía en donde fuera que estuviera y mataba a todos a su alrededor. Y sabía, sabía muy bien que la mejor forma de dejar de temerle a sus pesadillas era acabar con el ser que las protagonizaba: Van-Eik.
Silas estaba desesperado, creyendo ver fantasmas donde no los había; en el medio de un conflicto donde él podía, o no, ser la pieza clave para la victoria; rodeado de desconocidos que aseguraban ser sus aliados; lamentando pérdidas confusas y nada claras; hasta que encontró un aliado, uno que creía perdido y que, con su regreso, trajo mentiras y verdades que él no quería averiguar, pero que ahora estaba obligado a enfrentar, por el bien de los suyos, de su futuro y de quienes alguna vez amó.
Bueno, les dejo la sinopsis de La oscuridad creciente de una vez solo porque ya la tengo lista. Eso y porque quería ver cómo quedaban las portadas una al lado de la otra.
En fin...
No tengo mucho que decir, más que no sé cuándo voy a comenzar a publicar esta historia. Lo único que tengo claro es que va a ser una vez que termine de escribir El primer símbolo, puesto que los personajes de ese libro van a tener mucha influencia en este, al igual que esta historia va a tener influencia en la continuación de la trilogía Impuros.
Esperemos que no me tome mucho tiempo, ya extraño escribir desde el punto de vista de Maia y Silas, además, estoy deseosa de presentarles como corresponde a Allen y a Logan...
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La oscuridad creciente (Próximamente)
FantasyEl dolor había consumido a Maia y ahora todo lo que deseaba era desatar el caos, la oscuridad sobre el mundo y sobre quien le había arrebatado todo. *** Segunda parte de la bilogía División. Para comprender esta historia, se debe leer primero el lib...