07

59 13 5
                                    

—...N-no, Freddy, no...no, perdóname. Y-yo, no quise decir eso, lo siento. — El pánico se apoderó de él, sintiendo que sus mejillas escurrían de lágrimas.

— No, Fred, en serio...n-no aguanto, por favor. — Sollozó, tapándose con fuerza el rostro mientras que sus mejillas también se mojaban poco a poco.

— T-Teddy, lo siento, podemos arreglar esto, sólo... sólo n-no me gusta que lo trates así, no quiero perderte. — Cerró la boca con fuerza para no sollozar.

— No puedo evitarlo, Fred...l-lo hago desde hace meses, perdóname, no soporto esto. — apartó sus manos para ver al pálido, pasó saliva y se alejó del refrigerador.

El pelinegro lo veía, sorprendido y como no, con miedo de perder la única luz que había llegado a su vida.

El castaño se acercó al rostro del chico, dejando un corto beso en sus labios.

— Te amo, siempre lo haré.... Pero n-no, no puedo seguir — Ciertamente, el azabache había traído más desgracia que dicha a su vida — Es... Es lo mejor para ambos. — Murmuró, viéndolo unos segundos más.

Lo miró alejarse lentamente, pasando a su lado, se estaba yendo, su Teddy finalmente lo había dejado.

Sus ojos en ningún momento dejaron de derramar lágrimas.










.















Esto aún no termina.

RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora