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Rivería".

"¿Aiz? ¿Qué es?"

"¿Podemos hablar? ¿En tu habitación?"

La elfa noble asintió, su cabello esmeralda bailaba sobre sus hombros mientras lo hacía. Se hizo a un lado y permitió que su hija sustituta entrara en su dormitorio.

Aiz miró a su alrededor cuando entró en su habitación.

"... tienes tantas cosas".

Riveria frunció el ceño, "no, no tienes suficiente. No todos viven un estilo de vida espartano como tú".

"¿Qué es un espartano?"

Nine Hells suspiró y se sentó en su silla de lectura, señalando el sofá frente a ella, "una antigua civilización humana, nada de importancia. ¿Por qué no me dices de qué querías hablar?"

"Bell-kun".

¿Oh?

Echó un vistazo al calendario de su escritorio, específicamente a la serie de días resaltados a solo unas semanas de distancia.

No puedo ser muy específico. Si doy demasiado, perderé la apuesta. Lo siento Aiz, pero espero que puedas perdonarme.

"¿Qué pasa con Cranel-san?"

"No estoy seguro."

Servicial.

"Está bien, ¿por qué no me dices lo que tienes en mente?"

"Lo acabo de hacer."

yo- _

Okey..

Riveria cerró uno de sus ojos y tarareó mientras pensaba, reclinándose en su silla para lo que probablemente sería una discusión larga y dolorosa.

"Entonces, ¿te sientes diferente por Cranel-san que por otras personas?"

"Mmm".

"¿Cómo te sientes?"

".. nostálgico?"

¿eh?

"¿Podrías darme más detalles?"

"... él me recuerda a mis padres... en cierto modo... no tanto a ellos como a mi vida cuando estaba con ellos. Yo ... umm ... quiero que él... como yo?"

"¿Como tú cómo?"

Aiz parpadeó.

"¿Hay diferentes maneras de gustar a la gente?"

"Bueno", comenzó, "sí. Hay muchas formas diferentes de... 'me gusta' . Familiar, romántico, platónico".

"Mmm".

"Solo digamos: tú y tus padres serían familiares, mientras que decir que lo que Tione siente por Finn es romántico. Entonces tienes relaciones como tú y Tiona, o Tione o Lef, como tú y Tiona y Tione. Esas son platónicas".

"Mmm".

Riveria esperó mientras la chica de cabello dorado parecía pensar en la nueva información, moviendo la cabeza de un lado a otro mientras lo hacía. Aiz levantó las piernas del suelo y se sentó completamente en el sofá, tocándose la barbilla mientras pensaba.

Muy bien, démosle prisa a esto.

Ella giró en su lugar, volteándose para que su espalda descansara contra el cojín y sus piernas estuvieran apoyadas sobre el respaldo. Pateó sus piernas sin pensar en el aire mientras pensaba.

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