Capítulo único

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¡Hola carambola! Después de muchos titubeos (y les aseguro que fueron muchos), puedo publicar mi primer SatoSugu. ¡Y participando en una week! ¡Y celebrando el cumpleaños de Getō! ¿Soy la única que piensa en todo esto como una obra del destino?

En fin, vayamos al meollo del asunto. Hoy es el primer día de la #GETOWEEK2022 y yo participo en el tier hair de la #NSFWGetoWeek2022. Espero que les guste y recuerden, los personajes son propiedad de Gege Akutami. Yo no soy tan cruel como él.

 Yo no soy tan cruel como él

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Hace un día radiante. Hay un sol que calienta el primaveral día de abril, pétalos florecidos perfumando el aire que baila hasta sus fosas nasales y muchas caras de nuevos retoños —novatos en toda regla— preguntando direcciones dentro del campus. Hace un día radiante y ella tiene resaca, pero no importa porque Suguru le ha prometido unas birras al acabar el día y una noche de Netflix en su piso compartido.

Cuanto me duele la cabeza. Y habrá quien piense que debería dolerle por los nombres elocuentes de Anatomía Humana o Epidemiología Médica, pero la culpa de ella siempre tiene nombre comercial y porcentaje en volumen. Sapporo, Kirin y Asahi, sus fieles amigos en la vida.

—Cuanto me duele la cabeza —repite arrastrando las sílabas como los pies sobre el adoquín.

Saca de su destartalada mochila llena de parches el segundo vicio. Marlboro. Prende la llama y se enciende el cigarro para dar una larga y desesperada calada con los ojos cerrados. Escucha los ruiseñores como taladros, los novatos preguntando como el bisbiseo de las abejas y las pisadas de estudiantes, profesores, becario y seguridad como tambores que anuncian la muerte de sus oídos. Necesito una copa.

Al abrir los ojos, ve su cuerpo de espalda ancha revestida en ropa holgada andar hacía ella. El bueno de Suguru. Es un caminar pesado como el de un mal día o cuando no te queda de otra que asistir a clases obligado por el plan de estudio y la obligatoriedad de asistencia. Pero un hombre unos cuantos centímetros más alto y tan brillante como la luz le sigue el paso. Satoru. Se dicen algo —probablemente nada agradable— y Satoru da media vuelta y se larga por donde vino.

—Soy la persona con menos suerte de todo Japón —saluda Suguru tirando su mochila al banco. Se sienta y hace el mismo rito que ella: un mechero y un beso ponzoñoso desesperado—. Tienes unas pintas horribles.

—Grupo de estudio.

—¿En el bar de Satoshi? —Frunce el ceño—. Vi la historia de Instagram.

—Nunca dije que quedáramos a estudiar.

Sonríen y rememoran viejas batallas en el bar favorito mientras el humo del cigarro sube de sus manos a sus rostros. No recuerda cuando lo vio a él sostener un amigo con filtro por primera vez, pero está seguro que se lo debe al estrés de los finales en primero y la ruptura con su novio del instituto. Nada fuera de lo común para un universitario, y probablemente una experiencia que pronto conocerán la mitad de los novatos de este año.

Besa cada parte [SatoSugu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora