III

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[Christopher narra]

- Hola, ¿me puedo sentar?

Vi como la figura a mi lado se sobresaltaba y me miraba con miedo, aunque igualmente pude apreciar la tristeza en sus ojos, ¿por qué unos ojos tan bellos estaban tan tristes?

- No lo sé, yo ya me iba - El desconocido hizo un amago de ponerse de pie, pero puse una mano en su hombro y lo apreté con delicadeza, algo me decía que el chico no debía alejarse.

- No te haré daño, solo no me gusta estar solo en un lugar tan bello como este - Estaba siendo medianamente sincero, la mayor parte de las veces que estaba solo en la playa era porque nadie quería venir conmigo o porque todos estaban dormidos cuando venía, justo como ahora.

Pareció pensarlo un poco, pero al final me dejó sentarme junto a él, olía a fresas, y sus mofletes estaban húmedos por el llanto que antes noté. Nos quedamos en silencio lo que calculo que fueron 10 minutos, hasta que decidió romperlo con su voz.

- La playa es hermosa a esta hora, ¿no es así? -

- La luna y las estrellas hacen que luzca todavía más preciosa - dije con un suspiro, la playa, el cielo y el mar siempre me ha parecido fascinantes.

- Me parece tan llena de vida pero a la vez tan triste, ¿tiene sentido? - La voz del chico era baja, combinaba con la noche, al igual que todo él.

- Lo tiene, usualmente de día es un lugar concurrido, se escuchan gritos, canciones y charlas de muchas personas, así como presencia divertidas escenas; mientras que de noche todo es paz, puedes sumirte en tu mente sin que nadie moleste, y, a pesar de que la luna presencia historias de amor trágicas, no quiere decir que todo sea de un solo tono.

- Tienes una manera profunda de pensar, eso me agrada. -

- Bueno, cuando la vida te tira siempre es con un propósito, así que trato de aprender todo lo que puedo de esos golpes. - Estaba siendo sincero, todo lo que ha pasado en mi vida me ha ayudado a ser quien soy hoy. - ¿Tú has aprendido algo de lo que te ha tirado la vida?

- Pues, justo hoy me dejó la persona a la que le confié todo, en un país que no conozco, solamente porque su amante le tronó los dedos. Supongo que aprendí que no puedo depender de las personas, pero sigue siendo duro, todo es muy reciente. -

El chico se veía afligido, a los pocos segundos un llanto silencioso comenzó a correr por sus mejillas y yo no supe que hacer.

- No entiendo que clase de idiota puede dejarte en un país desconocido solo por alguien que le cansará eventualmente. Aunque si te soy sincero, me alegro que te haya botado ese idiota. - La cara del chico era un poema, su ceño se frunció y quería responder algo, pero me adelanté. - Ve esto como una oportunidad, aquí no hay nada que te recuerde a él, todo es completamente nuevo, las personas, comida, paisajes e idioma, solo tienes que verlo por el lado amable. Además, si ese idiota te dejó, solo quiere decir que tiene mal gusto, porque vamos chico, eres una belleza.

Observé el leve sonrojo que se apoderaba de tu rostro, justo en ese momento miraste mis ojos y yo me sentí desfallecer, y es que tienes unos ojos preciosos, chico.

- Bueno, tienes un buen punto, pero el idiota me logró engañar jaja, y es que míralo, caí como estúpido a sus pies desde la primera vez que lo vi. - Me mostraste una foto y tengo que admitirlo, el tipo es guapo, pero no le quita lo imbécil, así que solamente dije - Aquí puedes encontrar a chicos mucho más guapos que ese, no es por nada pero, Australia tiene mejores visuales que ofrecerte.

Entonces sentí tu potente mirada sobre mi, decidí no mirarte para que así analizaras lo que quisieses, hasta que tu mano se posó sobre mi mentón y me hiciste mirarte.

- ¿Alguien como tú? - Puedo jurar como casi me atraganto, dejé de respirar por la pesada mirada que me estabas dedicando, ¿acaso soy tu diversión post-ruptura?, aunque si soy sincero, no me quejaría si lo fuese.

[...]

Gracias por leer.
Mime.
ʕ·ᴥ·ʔ

2 am [b. c. & h. j.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora