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• A toji le encanta preguntarte, "¿quieres correrte?" en esa voz canturreante suya que habla de un peligro aún mayor. pero estás demasiado perdido en el placer para notar cómo sus ojos entornados te observan, divertidos y entretenidos por cómo te retuerces tan desesperadamente.
Y cuando asientes, llorando y rogándole, “¡sí, por favor, toji-san, por favor!”, sus labios llenos de cicatrices dibujan una sonrisa intrigante.
Toji baja la cabeza para presionar un casto beso en tu mejilla, dándote falsas esperanzas, solo para aplastarlas con un alegre, “¡ay, pero te ves tan bonita así bebé! así que sigamos divirtiéndonos, ¿de acuerdo? después de todo, es demasiado pronto para terminar con esto”.
