Un alegre momento|🌻

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Me encontraba en un gran campo amplio, lleno de amapolas, margaritas ; variedad de hermosas flores adornando alegre y dulcemente el lugar, el viento siendo tan elegante y bondadoso me acariciaba ligeramente mi rostro y cabeza, procurando no despeinarme en demasía, sinceramente no me sería un problema, me sentía tan en paz que me era incapaz de encontrar un defecto o una queja en todo. - inhalé profundamente y exhalé, el viento era tan puro y refrescante que me sentía hidratada, sin haber la necesidad de tomar agua, es curioso como un lugar como lo es un campo, puede influirte demasiado, ¡Y para bien! - dirigí mi vista hacia el señor cielo, se encontraba despejado, luciendo tan reconfortante como siempre. - cambié mi mirada hacia lo que estaba en frente mío, un par de árboles, uno grande y uno pequeño, - como un papá y su hijo. -Pensé. Mantuve mi mirada fija en ellos por un rato y decidí caminar a ellos, con forme me acercaba, las hojas danzaban más alegremente al compás del viento, era como si estuvieran contentas de que alguien las visitara..- llegué y la sombra me acogió, agradecí aquello, ya que el sol me estaba quemando un poco. Al estar parada frente al gran árbol se me pasó un pensamiento - ¿Y si lo abrazas? Tal vez sería de gran ayuda.
¿Será?- medité por un corto tiempo y me decidí a hacerlo, no perdía nada. - me acerqué aún más, ya podía percibir el olor a roble pero no me desagradaba, - procedí a extender mis brazos lo más que podía y rodear al árbol, cerré mis ojos y, al hacerlo, rápidamente sentí una ola de tranquilidad, tanta que en unos segundos me dieron ganas de llorar, era como si el árbol me consolara de todo lo que no he podido expresar, como si me estuviera abrazando de vuelta, es difícil de explicar por que el sentimiento es tan hermoso que no hay palabra para definir lo que estoy sintiendo en este preciso instante - ustedes pensarán que es muy extraño todo esto, pero, no lo es, los invito a hacerlo, verán y sentirán de lo que hablo, no se arrepentirán- Seguí rodeando al árbol por un largo tiempo, hasta que me cansé y me separé lentamente, tenía un gran alivio dentro mío y mi cuerpo se sentía ligero, no había duda de que la naturaleza es tan sabia, que siempre nos acompañará en cada instante de nuestras vidas y nos brindará alivio y amor aún cuando no lo notemos y peor, cuando vayamos en contra de ella.

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