ꗃ Chapitre #10

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Tal y como Vernon le dijo a sus padres, resultó por ser aceptado. Aquel alfa no volvería a la universidad en un par de meses porque su ego había ido a la basura cuando Momo lo agredió, jamás iría a estudiar con el aspecto que actualmente tenía.

La inseguridad lo invadía al pensar que todos ahí soltarían rumores y bromas que él no quería soportar.

Dahyun, luego de la última conversación incómoda que tuvo con su aún novio, decidió no verlo por un par de días, por lo menos hasta que aquel desagradable sentimiento de estar cerca de él desapareciera.

── ¡Hey, Dahyun!

La mencionada que sujetaba entre sus brazos un par de cuadernos, dio media vuelta ante el llamado, no creyendo que aquella voz era la que ella ansiaba escuchar desde hace mucho tiempo
atrás.

── ¡Minari~! ── exclamó con emoción y una sonrisa amplia.

La japonesa sujetando más el tirante de su mochila, se acercó lo más rápido posible hacia la omega. Ambas se sonrieron genuinamente y se dieron un fuerte abrazo.

── Te extrañé tanto. ── confesó con timidez.

── Y yo a ti. ── se separó levemente y le dio un sutil beso en la frente. ── Escuché lo que pasó con Vernon. ── soltó con disgusto. Dahyun no puedo evitar hacer una mueca desagradable ante el recuerdo de aquella conversación. ── Pero eso no importa. ── dijo cambiando de expresión. ── Lo importante es que ahora podremos pasar el tiempo juntas. ── la omega sonrió ante la propuesta. ── Todo el que podamos o el que quieras. Dios, hay tantas cosas que quise contarte pero no pude. ── bajó levemente el tono de su
voz.

── Oye, ya no digas eso. ── intentó esbozar una pequeña sonrisa para no dejar que los ánimos de su amigo desciendan. ── Como dices tú, ahora lo importante somos nosotras, ya puedo
hablarte sin ganarme problemas luego, me siento tan...

── Libre. ── afirmó la alfa con sinceridad.

¿Cuándo podrá Dahyun detener todo aquello y ser feliz?

── Libre. ── repitió para sí misma.

── Ven. ── tomó delicadamente su muñeca. ── Vamos al comedor, hay alguien que quiero que conozcas.

── De acuerdo.

Dahyun se sentía muy bien. ¿Cuándo había sido la última vez que había disfrutado de la compañía de Mina? No lo recordaba y tampoco creía conveniente saber quién era el culpable de aquello.

Una vez estando en el marco de la entrada, la nipona tanteó con la mirada hasta buscar a su amiga alfa, quería pasar el tiempo con ambas, quería que Momo y Dahyun pudieran compartir más momentos sin que la omega temiera de alguien que ya no estaba ahí por el momento.

Mina sabía todo lo que Momo estaba empezando a sentir por la omega y, luego de tantas conversaciones, ella misma pudo analizar toda la situación. Estaba más que segura que su amiga alfa estaba enamorada de Dahyun y ella, ella como buena amiga solo quería ayudarlas.

Porque Momo es una gran alfa.

Porque Dahyun es la persona más especial para ella y merece ser tratada y amada de una manera especial.

Y sabía de sobra que ambas podían vencer futuros problemas, tenía la esperanza de que algo entre ellas fluyera de manera natural. Quería verlas sonreír también.

── Hey, Momo.

La mencionada alzó la mirada que anteriormente estaba en un pequeño libro y se sorprendió al ver a Dahyun junto a la pelinegra.

── Hola. ── mostró una genuina sonrisa que más iba dedicada a la linda omega.

Mina pudo percatarse de ello y sonrió ante la mirada brillante que la alfa castaña tenía en esos instantes.

── Veo que ya se conocen. ¿Cierto? ── la omega asintió levemente, esbozando una pequeña sonrisa también. ── Okey, entonces creo que iré a comprar algo antes de que el timbre suene. ── Momo se tensó un poco. ¿Ambas estarían solas por unos momentos? ── ¿Quieres algo, Dubu?

── No, unnie, gracias.

── Toma asiento junto a Momo, vuelvo enseguida.

Ambas conectaron sus miradas una fracción de segundos y luego la alfa bajó la cabeza algo apenada. La idea de estar juntas en un lugar más público le agradaba en demasía y no quería incomodar a la omega al lado suyo.

── ¿Y bueno cómo estuvieron tus clases? ── cuestionó con normalidad. Pero antes de que Dahyun respondiera, no pudo evitar fruncir levemente el entrecejo.

── ¿Qué pasa? ── preguntó totalmente extrañada.

Momo se puso un poco nerviosa ante la pregunta que simplemente no quería responderle. Había sentido el aroma de Mina impregnado en Dahyun y aquello no le agradó tanto.

La alfa deseaba poder tener algún contacto con la linda omega, para poder así soltar su fragancia y se acoplara a la preciosa omega, se sentiría tan feliz si pudiera hacerlo.

── ¿Momo, pasó algo? ── insistió.

── Tú... ¿Tú podrías darme un abrazo? Por favor. ── pidió suplicante. Con una suave y lenta voz.

La omega la miró algo sorprendida por aquella petición, intentando sopesarla.

── ¿Un abrazo? ── la alfa asintió efusivamente.

¿Cómo decirle sin titubeos y timidez que quería impregnar su aroma en la omega? No, no sabía cómo hacerlo y tampoco lo creía prudente.

── Es que me siento algo desanimada y..., y un abrazo siempre me reconforta. ── trató de no ponerse nerviosa.

Dahyun elevó levemente la comisura de su labio ante lo adorable que se veía la alfa, con un leve color carmín en sus mejillas y sus pequeñas manos jugueteando entre ellas.

── Está bien. ── dijo con suavidad.

── ¿E-en serio? ── Momo alzó su mirada rápidamente con algo de asombro. ── ¿Me dejarías abra-?

Los delgados brazos de la omega rodeando su cuello hicieron que dejara instantáneamente de hablar, su lobo se removió feliz y a gusto con la calidez que aquel contacto emanaba. Se sentía demasiado bien. Podría abrazarla siempre.

Momo parpadeó rápidamente tratando de reaccionar y sin dudarlo, correspondió el abrazo. Colocando cuidadosamente su rostro en la curvatura del cuello de la omega y rodeando con sus brazos la pequeña cintura ajena.

── Gracias. ── inhaló sutilmente el aroma de la omega, deleitándose con lo dulce y agradable que era. Dahyun solo pudo sonreír sutilmente.

── No es ningún problema. ── no pudo evitar sentirse avergonzada, y menos hacer desaparecer aquel rubor en sus mejillas. De cualquier forma, ella amaba dar abrazos y Momo era alguien en quien podía aprender a confiar.

Pero quizás la alfa no le agradecía solo por aquel contacto, sino por los momentos que han estado compartiendo, desde aquella vez en la que la omega lo aceptó como su amiga, en la que ni evitó su cercanía ni rechazó su amistad.

Con una sonrisa preciosa, Momo intentó soltar un poco más de su aroma, anhelando así que nadie se atreviera a fastidiar a la omega al tener impregnado su potente aroma, al tener el aroma de su futura alfa. 

 

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Treat you better  Ꞝ  DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora