Treat you better Ꞝ Dahmo

ꗃChapitre #39

── Pero la señorita Hirai me pidió decírselo a una persona en especial. ── susurró divertido, notando como las mejillas de la pequeña omega se ruborizaban.

── ¿Especial?

── ¿Y adivina qué persona está casi todo el tiempo aquí y es su persona especial?

Dahyun captó de inmediato la referencia, se sintió avergonzada y con el rostro levemente colorado, llevó la vista hacia el libro entre sus manos.

── Vamos, Momo quiere verte. ── suelta una suave risa ronca y le indica a la omega que avance detrás de él.

La pelinegra más que emocionada, guarda todo en su mochila y se dispone a caminar rápidamente. Durante aquellos días no pudo ver a la alfa debido a las indicaciones del doctor. Su corazón latía demasiado rápido y sentía que los nervios se apoderaban de ella.

Solo ansiaba que todo salga bien.

── Podrás permanecer ahí algunos minutos. ── habló el doctor antes de girar la perilla. ── Momo ha tenido un avance notorio en su recuperación, pero debe seguir un par de días más aquí; solo por prevención.

Dahyun sonrió amablemente. — No se preocupe, doctor Choi, lo entiendo. La salud de Momo es lo primordial.

El alfa mayor asintió y dejó que solo la omega se adentrara a la habitación.

── Vuelvo después.

Momo captó con rapidez aquel dulce y especial aroma, sintiendo a su lobo saltar levemente por la alegría de tener cerca de su omega.

La pelinegra por su lado, dudó un poco el haberse metido a la habitación. Sentía que un agudo dolor lo atacaba al ver como la alfa estaba ahí, recostada en una camilla de hospital, cuando sabía muy en el fondo de su corazón que Momo no merecía nada de eso.

El sentimiento de la "culpa" la atrapó.

── Por fin estás aquí ── habló Momo lentamente, mientras una preciosa sonrisa se dibujaba en su rostro.

Dahyun sintió su labio inferior temblar, por lo que lo mordió con levedad. No quería llorar frente a la alfa. No quería verse débil para ella. Tenía que ser fuerte por ambas

── S-sí ── susurró y se acercó hasta la alfa, sentándose en el borde de la camilla pero cerca de ella. ── Te extrañé mucho, Momo.

La castaña volvió a sonreír, con un brillo reluciendo en sus orbes almendrados. Con lentitud llevó una de sus manos hacia la mejilla de la omega, acariciando aquella tersa piel con el dorso de sus dedos.

Dahyun sintió que todas las sensaciones negativas se esfumaban como por arte de magia.

Sí, magia.

Eso ero lo que pasaba cuando estaba cerca de su alfa.

Su corazón se sintió cálido y posó su mano encima de la de la nipona. Esbozando media sonrisa y mirándola con mucho amor. No había dudas, amaba a Hirai Momo en todo el sentido de la palabra.

── Quería tenerte junto a mí, Dubu. Mi lobo tiene miedo de que... ── guardó silencio, complicándose.

La omega tomó la otra mano de Momo y la entrelazó con la suya. ── Dilo, puedes confiar en mí.

── ¿Vas a alejarte de mí?

── ¿Por qué haría algo como eso? ── cuestionó incrédula.

── Es que yo... Bueno, te prometí que te cuidaría, p-pero... No pude, dejé que otro al-

── Hey, no digas eso. ── intentó que la alfa callara, acunándole el rostro con cuidado. ── Hiciste y haces muchas cosas por mí.

── Pero mi lobo se siente en falta, yo fui débil...

── Nunca vuelvas a pensar así, no lo eres. Eres la alfa más dulce y noble que conozco... Y-yo me siento orgullosa de ser tu omega.

Momo sintió como una parte de ella parecía aliviarse.

── Ya falta poco, eres una alfa tan fuerte que pronto saldrás de este lugar. Así ── la pelinegra alzó las manos entrelazadas para que Momo pueda verlas. ──, conmigo y tomadas de la mano.

── ¿Lo prometes?

── Lo prometo. ── susurró, acercando su rostro al de la alfa. Rozando sus narices con adoración y parsimonia.

── Gracias, Dubu. ── cerró sus ojos ante el disfrute de tener cerca a su omega.

── P-perdón por todo... ── no lo aguantaba, necesitaba soltar todo lo que en su mente la abrumaba.

── Nada de esto fue tu culpa, no lo digas más tampoco. ── respondió con firmeza, ambas hicieron contacto visual por un efímero momento y fue la omega que desvío la mirada algo apenada. ── Las cosas suceden por algo, pero no es tu culpa. ── tomó el mentón de Dahyun para que volviera a verla. ── Estoy aquí, contigo, nada ni nadie va a poder separarme de ti.

La omega se sintió conmovida, haciendo que una pequeña lágrima se deslizara por su mejilla.

── Te amo. ── confesó la omega. No encontraba alguna palabra más perfecta que esa. ── Te amo mucho. ── volvió a repetir, sintiendo que todo se sentía mucho más bonito a su alrededor con decirlo.

Momo se ruborizó levemente, mientras que los latidos de su corazón golpeaban fuertemente contra su pecho. Su mirada fue a parar hacia los finos belfos de la omega, apreciando como estos brillaban. Su mano que reposaba en el rostro de Dahyun, fue lentamente hasta su nuca.

La omega casi contiene la respiración al sentir que la distancia se acortaba, a decir verdad, solo eran un par de centímetros los que las separaban. Con las mejillas sonrosadas y la calidez envolviendo el momento, llevó su mano a la mejilla de Momo mientras que con la otra sujetaba con más fuerza las manos entrelazadas.

Sus labios se unieron, encajando a la perfección.

El movimiento era suave, creando caricias sutiles y puras. Un toque que para muchos es un simple gesto, pero que para Momo y Dahyun; alfa y omega; tenía un valor incalculable. Un valor que no podía ser reemplazable. Ni por todo el dinero del mundo, ni por la joya más brillante.

El amor es un sentimiento innato, una de las sensaciones más fuertes en la faz de tierra. Aquella que mueve todo, rompe reglas, ignora estereotipos, derrumba muros y crea nuevas historias.

El momento era mágico, sus lobos se regocijaron en plenitud, sintiendo como llegaba la calma después de la tormenta por la cual pasaron.

Porque todo mal momento puede ser recompensando.

── Yo te amo mucho más. ── susurró Momo cuando apenas se separaron.

Y todo momento cálido podía ser muy hermoso si hay fortaleza de soportar los abruptos cambios.