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—.Un sonido salía desde el celular de aquel chico, un sonido molesto para muchos pero muy esperado para él.

Saihara es un chico extraño, reservado y aburrido para muchos, pues podría parecer bastante desinteresado a simple vista.

El pelinegro despertó algo emocionado, pues este iba a ser el primer día en su nueva escuela y tenía bastantes expectativas, pues esperaba que no sea una mierda como su anterior escuela, donde paso gran parte de su vida y sufrió como nunca.

Después de arreglarse, limpiarse y haber desayunado se despidió de su padre, que esperaba un "¡—Buena suerte en tu primer día!" de parte de él.

—¡Ya me voy, deséame suerte!–. Dijo el pelinegro entusiasmado, esperando una respuesta de su padre.

Pero nada, solo se quedó parado en la puerta por unos 30 segundos hasta que decidió marcharse desanimado.

Su padre nunca fue una persona muy afectuosa y constantemente demostraba su disgusto hacia su hijo, pues no superaba casi ninguna de sus expectativas. A pesar de todo eso, Saihara conservaba la esperanza de que al menos fuera capaz de despedirse amablemente de él, pero nunca sucedía.

—. Al fin había llegado. Era una escuela algo pequeña, pero buen cuidada, habían muchas flores y había armonía escolar. Sus ojos brillaron al ver semejante paraíso, ya que era algo con lo que solo podía soñar. Dió unos pases hacia delante y entro, el pelinegro quedó perplejo ante semejante mugrerío. ¿No era esta una escuela linda y armoniosa? No, era solo una fachada.

Las paredes rayadas, suciedad en el piso y puertas desgastada abundaban por el lugar. No había comparación entre el exterior y el interior, parecían lugares sin relación alguna.

"—Bueno, tal vez no es la mejor escuela de la ciudad pero podría encontrarse con gente amigable para charlar, ¿no?"–. Pensó Saihara, tratando de que su mundo de fantasía que el mismo construyo se derrumbara.

Saihara fue al patio, un poco de aire fresco le ayudaría a asimilar la situación. Se dirigió hacía unos bancos algo desgastados cerca de una fuente y se sentó dejando su mochila debajo de él. Quedó mirando al piso pensando en muchas cosas, hasta que sintió alguien sentándose al lado suyo y volvió a la realidad.

Unos ojos no pagaban de mirarlo, el pelinegro ya se estaba poniendo nervioso, pues no estaba acostumbrado a interacciones sociales tan fuertes como esta.

—¿Quién mierda eres?

—¿Eh?– Dijo el pelinegro, confundido hacía el comentario grosero que le lanzó el otro chico.

—Te estoy preguntando que quién eres, respóndeme bien. Nunca te había visto por acá, ¿eres nuevo?.

—E-eh, si. Soy nuevo y me llamo Shuichi Saihara, un gusto.

Saihara se alarmó al ver cómo el chico con que estaba hablando tomaba rápidamente su mochila y empezaba a rebuscar en ella. ¿No era algo privado? ¿Por qué lo estaba haciendo?

—¡H-Hey! ¡Esa es mi moch-chila! No tienes que tomar cosas ajenas.

—¿Qué? ¿Me estás diciendo que hacer?

El chico empezó a buscar más agresivamente dentro de la mochila u saco un manga, un formato que el pelinegro amaba.

—¡Ja! ¿En serio lees manga? Patético. Bueno, déjame leer el título, a ver qué tipo de fetiches tienes.

Saihara se puso nervioso. ¿Por qué apenas llegar ya había alguien molestandolo? Aparte de eso, él era un fan de historias gore, un tema sensible para muchos y asqueroso. El manga que tenía era "Nueve noches con Yù", un manga conocido por lo violento y explícito que era.

 ♡-.My favorite lies | SaiOuma pregameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora