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Scaramouche debe quedarse con cierto alquimista de cabellos rubios en Espinadragon, siente que las cosas se ponen aburridas así que decide ayudar al hombre de tiza a divertirse.

Ya hacía dos meses que se encontraba trabajando con aquel alquimista de cabellos rubios, terminó en aquel sitio al intentar huir de los Fatui después de robar la gnosis de la Raiden shogun que se suponía que debía entregarle a su excelencia la Tsaritsa, pero no pudo, su deseo egoísta de poseer un corazón y de cumplir el propósito por el que fue creado lo llevó a tomar la decisión de correr con la gnosis en manos mientras rogaba que nunca lo encontraran.

Tiempo después termino en Espinadragon donde fue herido por las trampas que dejaban los cazadores de tesoros, una trampa de oso hirió gravemente su pierna sacándole un grito de dolor y desesperación por poder liberarse de alguna manera de la trampa, el dolor le impidió pensar correctamente solo deseaba terminar aquel infierno y sufrimiento para poder descansar sin preocuparse por nada más, sentirse perseguido era agotador para él, al cabo de unos segundos terminó desmayandose en la fria nieve de aquellas tierras peligrosas y desconocidas, ¿su vida iba a terminar allí?, ¿qué iba a pasar con su cuerpo?, no podía entrar en estado de descomposición por ser una muñeca de una arconte, cuando lo encuentren, ¿iban a vender su cuerpo?, ¿o iban a usarlo para satisfacer las necesidades humanas?, sentía miedo con solo pensar en eso.

Pero un famoso alquimista que iba pasando por allí se encontró el cuerpo del muñeco inconsciente cubierto de nieve, se acercó a este y lo liberó de aquella trampa para llevarlo a su campamento y sorprenderse por su pierna ya curada, en ese momento Albedo se había dado cuenta que no era un ser humano aquello atrajo inevitablemente su atención así que decidió vigilarlo mientras descansaba hasta descubrir la gnosis de la arconte electro en su ropa, este chico es demasiado interesante pero podría ser un peligro pensó Albedo mientras se sentaba en su silla y miraba al chico descansar con su espada a un lado por si intentaba atacarlo.

Scaramouche al despertar fue recibido por la mirada cautelosa de su salvador y por todo tipo de preguntas que contestaba sin revelar mucha información, las preguntas de Albedo lo irritaban por lo entrometidas que eran.

Albedo no iba a dejarlo ir tan fácil, no hasta descubrir de donde había sacado una gnosis o que era realmente, así que Scaramouche no tuvo de otra que quedarse mientras fingía ser un simple pueblerino de inazuma que terminó allí con una supuesta reliquia que desconocía su naturaleza, no tenía a donde ir de todos modos, obviamente Albedo no le creyó para nada pero no cuestiono su mentira en voz alta, deseaba saber hasta donde llevaría su mentira.

El de cabellos oscuros terminó siendo como un asistente para él, no tenía permitido tocar algunas cosas por la desconfianza que tenia el alquimista hacia él pero nunca lo juzgó por aquello, él también desconfiaria de un extraño que puede regenerarse por su cuenta.

Pero no iba a negarlo, trabajar con Albedo era terriblemente aburrido, nunca se miraban o hablaban de algo interesante, Albedo solo le dirigía la palabra para pedirle que le pasara materiales alquímicos o que fuera en busca de algún objeto nunca nada más interesante o para preguntarle algo, parecía como si tratara de evitarlo pero eso fue desmentido rápidamente al sentir constantemente la mirada azulada del más alto sobre él, como si vigilara todos su movimientos, sin duda no confiaba en él.

En esos momentos Scaramouche se encontraba en la entrada del campamento de Albedo mientras respiraba el fresco aire de Espinadragon, Albedo ignoraba lo que hacía parecía más concentrado en su trabajo en ese momento sacándole un suspiro de aburrimiento a Scaramouche ya que no tenía nada más que hacer que caminar por el campamento de su nuevo " amigo ", pero esto ya comenzaba a aburrir, ya había memorizado cada rincón del campamento, cada telaraña en los techos y cada grieta en las paredes, no podía descubrir nada más interesante.

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