◖ capítulo uno ⌕

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Jiwoo movía sus dedos con nervios, se mordía el labio con insistencia y sentía su corazón acelerarse.

Alzó su vista y buscó a Heejin, la vió del otro lado de la ventana de aquel café, la pelinegra alzó sus pulgares para preguntar si estaba todo bien, con lo que Jiwoo negó ligeramente, Heejin rodó los ojos y sonrió ampliamente, tocando sus mejillas, indicándole a la castaña que hiciera lo mismo.

Esta sonrió de forma forzada y Heejin hizo una expresión de "Está excelente" mientras hacía un gesto de "Ok" con su mano.

Jiwoo pensó que estaba haciendo el ridículo y rió con honestidad.

Ese día tenía una cita, después de cagarla ya cuatro veces en los últimos meses, Heejin le había dicho que se tome un tiempo y volviera a intentarlo de nuevo.

Así que era la primera cita que tenía en semanas.

Y su cita estaba llegando tarde.

Heejin señaló hacia la puerta, haciendo gestos raros, para indicarle que ya venía, de inmediato, Jiwoo volvió a ponerse totalmente roja y sintió que el aire le faltaba, al mismo tiempo que la puerta se abría y entraba, el chico le dedicaba una sonrisa vergonzosa, la mirada de Jiwoo no pudo evitar ir hacia sus piernas, expuestas por unos pequeños shorts que llevaba, sus zapatillas sonaron cuando se fue acercando a la mesa.

—Disculpa mucho la tardanza —el chico hizo una reverencia—. Tuve un problema con mi gata.

—Oh, no llevo mucho tiempo aquí tampoco, no hay problema —dijo con su mejor sonrisa—. ¿Qué le pasó a tu gatita?

Con eso dió comienzo a una charla amena y que iba muy bien, Heejin los veía hablar, sonreír reír por los chistes tontos y suspiró de alivio, con una mano en el corazón, creía que finalmente Jiwoo estaba consiguiendo algo con alguien más, y por más que le dolía dejarla ir, ella lo merecía, por eso la estaba ayudando en todo eso.

Habrán sido dos minutos en los cuales no la vio y la dejó para que siga sola, y no sabe qué podría haber hecho para cagarla tan rápido, pero tal como entró, el chico salió del lugar.

Al verlo se volteó de nuevo hacia Jiwoo, abrió sus brazos hacia ella.

—¿Qué mierda, Kim?

Jiwoo asintió avergonzada, pagó y salió rápidamente de allí de nuevo, yendo hacia Heejin, con un mohin.

—Hablé de tí —murmuró.

Heejin suspiró de forma pesada, y rodó los ojos.

—¡Jiwoo! ¿Otra vez? ¿Qué te digo siempre?

—Que no se mencionan a las ex's en las citas con alguien nuevo.

—Nunca, Jiwoo, nunca —ella asintió—. Venga, pasamos por el parque para tu algodón de azúcar de consolación y a casa.

Jiwoo sonrió.

Heejin pasó un brazo sobre sus hombros y comenzaron a caminar a la par en silencio cómodo, hasta el parque, donde pararon por su algodón de azúcar y continuaron el último tramo con una Jiwoo comiendo una "porquería azucarada" según la pelinegra.

Tirada en el sillón de la sala, mirando el techo, Jiwoo volvió a preguntar lo mismo que otras veces:

—¿Y si no estoy hecha para el amor?

—Jiwoo, a mí me amaste bien, y nos fue muy bien. ¿Por qué no podrías hacerlo de nuevo?

—Porque no eres tú, ¿quizás? —Heejin rodó los ojos, y siguió comiendo del cereal con yogurt que se había preparado durante la depresión de su ex novia—. ¿Heekki, quieres volver conmigo?

Heejin en verdad quería.

—No, Jiwoo —respondió automáticamente y con desinterés—. Busca a alguien más, hay mucha gente dispuesta a estar con una chica tan bonita y maravillosa como tú.

Jiwoo sonrió con mera vergüenza.

Ella siempre le preguntaba a Heejin si quería volver, pero la menor siempre respondía que no, y por más que sabía el por qué, le dolía igual.

ghost of you; heechuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora