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―¿Payton?―Mi voz aguda se encontró con su espalda, el grande can fue el primero en reaccionar de mi presencia y corrió hacia mi, lo tomé en brazos. Realmente extrañaba a esta bola de pelos
Su figura se levanto rápidamente, giró y su mirada se encontró con la mía
Era el
―Bebe― Su cuerpo se acercó al mío pero di un paso hacia atrás antes de que logre estar realmente cerca
―¿Por qué estas...― Pregunté, mi voz tartamudeaba
―Vine a buscarte― Dio un pequeño paso esperando alguna reacción en mi, y cuando vio que no hice nada se terminó de acercarse― Si quieres hablar conmigo, esta bien, pero no te dejaré en un mendigo hotel cuando tienes demasiados lugares donde quedarte
―Todos ustedes me mintieron― Murmuré, mis ojos se aguaron y pasé la manga de mi campera secando las pequeñas lagrimas que estaban a punto de caer por mis ojos
Evadió mi comentario y acarició mi cabello con su gran mano
―Por favor, no voy a permitir que estés sola― Bajé la cabeza, entendiendo que no se iría sin mi
―Yo― Yo solo quiero estar sola― Lloriquee
―Te dejaré sola si es eso lo que necesitas, pero no aquí― Asentí mirando hacia el suelo
Tomó mi barbilla, su suave toque me hizo estallar en llanto. No murmuró ni dijo nada, solo me envolvió en sus brazos con Cookie aún dentro de los míos
―Vamos al carro, esta comenzando a llover― Puso su mano en mi espalda baja y tomó mi mochila y bolso con su otra mano. Con un pequeño impulso comenzó a caminar y yo junto a el
Subí al carro, en la parte trasera. Las lagrimas caían por mi cara, pero no emitía ningún tipo de sonido y respiración exagerada, mi mente dolida y cuerpo cansado descansaron sobre el cuero caro del auto de Payton.
Al poco rato ya estábamos dentro del ascensor subiendo al piso 27, todo esto era melancólico para mi, hace apenas unas semanas entraba por estas puertas besuqueándome con el y ahora yo me alejaba temerosa de el.
―Uhm, no estuve mucho aquí, esta desordenado―Abrió la puerta y di un simple asentimiento― T/n, siento mucho como salieron las cosas
―No quiero hablar sobre eso, Payton― Murmuré
Cerró la puerta detrás de mi y aún con su mano en mi espalda guio mi cuerpo hasta lo que antes era nuestra habitación
―Descansa, estaré abajo si necesitas algo― Dijo en un casi susurró mientras me cubría con la acolchada manta blanca, cerré mis ojos aún sabiendo que el estaba repoyado contra el marco de la puerta.
Unos minutos después sentí como sus labios se impactaba suavemente sobre mi frente y luego de eso, si, salió del cuarto. Me levanté rápidamente de la cama y entré al closet, busqué una de mis remeras y uno de mis shorts. Sin hacer mucho ruido me cambié, tenía un poco de calor aunque sea invierno, además estaba puesta la calefacción hace días, estoy segura de que no la toca desde que yo me fui.
Volví a la cama, donde ahí si, me recosté y quede profundamente dormida a los pocos minutos
―T/n... despierta―Abrí mis ojos rojos aún afectados por la hierba―Nessa y Charli están a abajo
Sabía que si baja me darían un gran sermón por haber desaparecido por días
―Esta bien― Respondí fríamente, prefería estar con el mismísimo diablo antes que con Payton
El asintió y salió de la habitación. Perezosamente me levanté de la cama y me dirigí hasta el closet, puse mis pantuflas y caminé por el pasillo. Realmente estaba incomoda aquí, no quería estar aquí, no me gustaba estar en este jodido lugar.
Llegando a la escalera, justo antes de bajarla escuché un murmullo, uno que reconocí y me dieron ganas de irme justo en ese momento
―Oh, Dios, tengo que hablar con ella― Josh murmuró, mi respiración se cortó
Mi hermano, el mismo hermano que metraicionó. Tomé valor y bajé, pero en vez de quedarme en la sala de estar pasé directamente hacia la cocina
―T/n― Payton musitó detrás de mí, terminé de servirme agua y hablé sin siquiera mirarlo
―Volviste a mentirme cariño, no son Nessa y Charli― Hablé con valentía, sintiéndome un perra por dentro― Son tus amigos idiotas, no me molestes mas y vete a la mierda de una buena vez, Payton
El coraje corría por mis venas a una velocidad que ni yo podía creer, giré mi cuerpo e ignorando su mirada de tristeza, volví a subir a la habitación. Y esta vez no iba a dormir como una estúpida vulnerable, esta vez iba a tomar mis cosas y largarme de aquí.
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