No se olvida

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—¿No puedes dormir?

La psiquiatra frente a él rasca detrás de su oreja mientras lo mira.

—De ser así... ¿puedes contarme qué sucede?

El albino frente a ella cruza sus pies y se recuesta en la silla mientras mira hacia el techo.

—Yo...

Cae en silencio.

Ella lo observa en silencio hasta que lo ve fruncir el ceño.

—¿No sabes explicar?

Él suspira y la mira mal.

—Un sueño.

—Un sueño, entiendo. ¿Qué ves en él?

—A una tipa.

—...una persona, ¿puedes contarme de ella?

Él separa su espalda del respaldar de la silla y se inclina hacia adelante.

En su sueño, él puede sentir a una persona; al no poder verla no es capaz de reconocerla directamente, pero por como se sentía el suponía que era alguien que había conocido cuando era estudiante.

—No me acuerdo su nombre, ni su cara. Nada. Pero... —aprieta sus dientes—. Recuerdo que era la única persona que me apoyaba en mi sueño de ser maestro de matemáticas.

La psiquiatra lo escuchaba en silencio mientras apuntaba algunas cosas en su libreta.

—En el sueño siento que salta detrás de mí, a veces escucho como... ¿ecos? Una voz como de susurros, las mismas palabras de siempre "tú puedes", "inténtalo" cosas por el estilo.

—¿Por qué no recuerdas su nombre, si era importante para ti?

—Porque era una molestia.

La psiquiatra se sorprende al oírlo, pero presta más atención.

—Me molestaba que estuviera diciendo esa clase cosas cuando yo iba absurdamente mal, cuando mi único objetivo era que se acabasen las clases para pelear contra algunos de otros salones. Al final nunca oí su nombre, y si lo dijo no lo recuerdo.

Ella lleva su libre a su boca y asiente.

—¿Y ahora... qué piensas de esa chica, esa molestia?

Él inclina su cabeza hacia atrás.

—El primer amor nunca se olvida.

Ella alza su ceja izquierda.

—Es a la única conclusión que pude llegar.

—... entiendo.

La psiquiatra suspira y asiente.

—Bien, te remitiré a un psicólogo amigo mío, él podría esclarecer tus pensamientos mejor que yo. Pero para poder dormir te recomendaré algunos medicamentos, no te vuelvas adicto.

La cita terminó demasiado rápido.

Aunque Sanemi lo pensó, no le pudo importar menos.

El poder decir sus preocupaciones fue terapia suficiente, razón por la cual termino por no ir a donde lo remitieron.

A él le bastaba con eso.

—El primer amor... no se olvida.

Estando ahora sola en la habitación, la psiquiatra de pelo negro y largo abraza sus piernas en el suelo y empieza a temblar.

—Realmente no se olvida, Sanemi-kun.

Fuerzas mayores causaron que ella saliese del país a estudiar en el extranjero, pero tan pronto se resolvieron sus problemas, volvió.

Y un par de meses pasaron antes de lograr el deseo que habitaba en lo profundo de su corazón: reencontrarse con "el amor de su vida".

Como niña pequeña creyó, y creyó en ello.

Aún con su hermana repitiéndole todos los días que él ya la había olvidado.

Aún oyendo sus malos pensamientos decirle que lo intentase con otra persona para liberarse de esos sentimientos... continuó.

Y como niña pequeña que hizo bien, fue recompensada.

Ya que al final, el primer amor nunca se olvida.

[ F I N ]

El primer amor no se olvida - SaneKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora