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7 horas, 2 minutos

Lo despertó el timbre del teléfono y al levantar la cabeza de la mesa, el cuello le envío una punzada de dolor al cerebro. La brusquedad del despertar fue paralela a ese dolor.

- ¡Ay, ay! - se quejó tratando de flexionar el cuello para liberarse del anquilosamiento.

Casi no lo logró, así que se levantó y fue hacia el teléfono, moviéndose lo mismo que un muñeco articulado que iniciase su andadura. No solo era el cuello, a causa de haberse quedado dormido sobre la mesa, sino los músculos, agarrotados, y la sensación de mareo producto del súbito despertar, unido a la larga noche de estudio a base de cafés y colas.

En quien primero pensó fue en Luciana, Cinthia, Santiago  y Máximo.

Sus padres no podían ser. Nunca llamando, y mucho menos a una hora como aquella. ¿ Para qué? Así que solo podían ser ellos. Los muy...

Levantó el auricular, pero antes de poder decir nada escuchó el zumbido de la línea al cortarse.

Encima.

Volvió a dejar el teléfono sobre la mesa y bufó lleno de cansancio. Esperó un par de segundos, luego se desperezó. Tenía la boca pastosa, los ojos espesos y la lengua pegada al paladar. Debía haberse quedado dormido aproximadamente hacía tres horas. Las primeras luces del amanecer asomaban ya al otro lado de la ventana.

Miró los libros.

Él estudiando y los demás de marcha. Genial.

Claro que  a Máximo le importaban un pito los estudios, y Santiago ya había dejado de darlo al callo. Pero en cambio, Luciana y Cinthia ...


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⏰ Última actualización: Feb 09, 2022 ⏰

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