El segundo hermano de la familia Matsuno, Karamatsu, siendo tan "popular", realiza su caminata matutina para que sus Karamatsu girls puedan admirarlo en todo su esplendor. Sin embargo, ni siquiera él esperaría toparse con una fotógrafa que genuinam...
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Cuando bajaron, el resto de hermanos estaban sospechosamente silenciosos, genuinamente creían que no estabas con Karamatsu por tu voluntad y deseaban burlarse al respecto, ¿pero ahora?, casi podría cruzárseles por la cabeza que estaban saliendo, lo cual no tiene sentido si se lo piensa por más de dos segundos, pero, ya saben, los Matsuno son algo extremistas.
Karamatsu parecía estar con la mente de fuera al igual que el resto de sus hermanos, aunque podría decirse que estaba más embobado que nada. Tras una vista rápida por la ventana, efectivamente, el atardecer estaba por terminar, habías perdido toda la encantadora luz natural, pero no era momento de lamentarse.
—Ya es tarde, me voy a casa —Te aproximaste a la puerta mientras el resto de hermanos no reaccionaron ante tu declaración —Bye
Tras salir por la puerta y dar un par de pasos fuera, pudiste escuchar a la multitud de seis caras iguales bajar con una notable velocidad hasta que todos, derribándose unos a otros, se acumularon a tus espaldas.
—¡Espera! —Dijeron las seis voces al unísono.
Te diste la vuelta hacia ellos y levantaste una ceja en signo de duda.
—¡N-No puedes solo irte así! —Dijo Choromatsu
—¡Sí! —Dijo Todomatsu
—¿Por qué?
—...
Los hermanos quedaron en silencio y en un acto casi al azar, miraron a Karamatsu prácticamente obligándolo a responder por el equipo.
—A-Ah porque, darling, no podría permitirme que fueras sola en una noche como esta, carente de la luz de Venus —Sostenía el borde de sus gafas con la otra mano en la cintura mientras comenzaba a sudar por los nervios
Tras una pausa en silencio y visto que los hermanos no tenían nada más que decir, ni el coraje suficiente, te resignaste con indiferencia.
—Supongo que puedes acompañarme una cuadra o dos
Alzaste los hombros, te diste la vuelta y seguiste caminando, Karamatsu naturalmente sonrojado, decidió seguirte el paso, posicionándose a tu lado con las manos en los bolsillos pero con un nerviosismo más notorio si te fijabas en su caminar tembloroso, mientras evadía descaradamente el contacto visual contigo.
—¿Eh? ¿¡En serio!? —Espetaron el resto de hermanos, antes de caer
Ninguno de ustedes dos se dignó a ofrecer una respuesta, sin embargo, y sorprendentemente, los hermanos decidieron volver dentro de casa de manera tan rápida como en la que salieron, envueltos en murmullos de dudoso humor.
Mientras tanto, la caminata se volvió realmente tensa para Karamatsu, podría llamarla incómoda si no fuera porque incluso pagaría por repetirla, tenía la vista clavada en el suelo encorvándose de una forma... dolorosa de ver, después de soportar por un rato tener aparente al lado al jorobado de Notre Dame, lo tomaste de la cabeza buscando hacer que al menos viera al frente, pero te sorprendió ver que al apenas Karamatsu sentir tu mano, se enderezó por completo, así que simplemente lo soltaste.
