❝Si miras mi hermosa cara, verás que no hay ninguna cicatriz. Es la prueba de que soy, sin duda, el rey del ring❞
Jungkook vive en un mundo blanco y negro. El mundo de Jamie se ve de color de rosas. Él es controlador e impulsivo, tiene problemas de...
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❝La ira en mi es como la felicidad en ti❞
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—¿Cómo te sientes justo ahora, Jungkook? —sentía la mirada de la señorita Ahn a través de sus pequeños anteojos de cristal.
—Igual que siempre.
—¿Podrías ser más específico?
—En realidad no siento nada. —mire mis nudillos, estaban un tanto enrojecidos por la golpiza a Gary. No me arrepiento, el imbécil se lo merecía.
—¿Nada?
¿Realmente no sentía nada? Mis amigos estaban felices por mi victoria en la pelea del viernes, pero... Yo no sentía nada al respecto. A veces sentía que me faltaba algo, como si tuviera un hueco en el pecho que no podía llenar con nada.
Negué con la cabeza ante la interrogación de la psicóloga.
—¿Has pensado en hacer ejercicio?
—¿Golpear costales de box y a uno que otro estúpido no le parece mucho ejercicio? —inquirí.
—Me refiero a otro tipo de ejercicios, Jungkook. Meditación, por ejemplo.
Fruncí el ceño.
—¿Que es esa mierda?
Ahn ya ni siquiera se inmutó a mis palabras, ya estaba muy acostumbrada a mi vocabulario.
—Es una práctica de autocontrol destinada a regular el cuerpo y la mente hacia un estado de profunda relajación.
—No me interesa.
—Piénsalo, podría funcionarte bien. Podrías hacer este tipo de ejercicios por la mañana, esto podría ayudar inclusive a controlar tus ataques repentinos de ira.
