Carmesí (En Proceso)

01

La realidad.

Parte 1.

✧-------------✧

23:09 PM.

Mansión Hudson.

Alía.

Sabes que es lo malo de quedarte en blanco por bastante tiempo?, que algunos pensamientos son capaces de dejarte un muy mal sabor de boca.

Y no solo de eso, si no que una vez los traes de nuevo a tu mente, estos no te dejan en paz.

En mi caso serían recuerdos, recuerdos amargos, y como si de un flashback se tratase, tanto como la incomodidad y la tristeza vuelven a aparecer.

Sin darme cuenta, miro un punto fijo en mi habitación, en especial un cuadro pequeño colgado en la pared junto a mi tocador.

El cuadro está adornado con muchas piedras brillantes, resaltando la foto en donde estoy abrazada a la persona que por un momento creí diferente.

Con alguien que estuvo a punto convencerme de tirar mis barreras, donde me obligué a resguardar cualquier sentimiento que surgiera hacia cualquier persona.

Por suerte, eso no sucedió.

Eso solo me recalca que fui una estúpida al fiarme de esa manera.

Tomo la foto en mis manos y la observo con detalle, que esto me sirva de recordatorio de que no puedes confiar en nadie de esa manera, solo terminan jodiendo tu mente de manera que también desestabiliza parte tu vida.

Tiro el cuadro con fuerza al bote. Escuchando como el vidrio se parte en pedazos.

Al final vuelvo a lo mío ignorando ese sentimiento de culpa que surge de repente, me niego a aceptar que estuve a punto de cometer una estupidez.

Escucho el sonido de pasos por el pasillo. Pese a que este es extenso, logro distinguir quién es y hasta con que tipo de rabia viene su portador.

Es como un don.

Un suspiro se me escapa, mientras trato de prepararme mentalmente para lo que sigue. aunque normalmente es solo un recordatorio de que no soy nadie y que ellos son los dueños de todo.

Tomo el labial de mi tocador y lo aplico como si nada pasará, como si en unos minutos no estuvieran por aporrear mi puerta con preguntas estúpidas.

Verifico que mi maquillaje esté decente para esta noche, es bastante sencillo pero precioso para mi gusto, resalta mis facciones de manera sutil. Después me coloco mi perfume, seguido de mis aretes.

Llevo un corto vestido ajustado de seda de un hermoso color cereza, la verdad es que cuando lo vi, pensé que era un atuendo sencillo, pero cuando me lo vi puesto no me pude resistir a el.

Me reparo frente al espejo y el mal gusto que tenía hace rato se va dejándome ver lo bonita que me encuentro está noche. Lo que logra distraerme.

Los pasos se detienen de forma abrupta y el fuerte golpeteo en la puerta me hace sonreír.

Ya se estaba tardando.

Esta es abierta con fuerza dejando a la vista a mi querida progenitora.

Marie Agatha Lide.

Creadora de este hermoso ser humano, ( yo), y también, es la mujer que más detesto hasta ahora.