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.Inicio.

Oscuridad. Era todo lo que el veía, no era persona, no era nada… Pero él lo era todo a la vez. ¿Qué pasa si te digo que antes de ti existió algo más grande? Tal vez… No, mejor dicho, seguramente. Tú que estas aquí leyendo me tomarías por loco, pero… ¿Qué pasa si es real? Entre nosotros, entre ellos y entre aquellos, él estaba detrás, como una sombra viéndonos, escuchándonos, sintiéndonos. Pero eso es más reciente… Para contar sobre el tendré que ir hacia atrás, muy atrás. Pasando esta existencia, yendo a la anterior. Donde todo lo que conocemos era igual pero diferente.
Las galaxias idénticas, simplemente diferenciaban colores, los planetas y sistemas solares eran completamente iguales que hoy. Tal vez te preguntes ¿Qué tiene de diferente entonces? Los seres vivos, como tú y yo o tu familia, no existían allí. Eran otros rostros, seres, zonas, otro tipo de desarrollo. Todo aquello había nacido de él, de su miedo y soledad. Pero todo era hermoso, eso pensaba.

Él se encontraba sentado en aquella colina que solía estar, recostado en aquel roble plateado de hojas doradas, el cual era su refugio. El se encontraba allí, como otras millones de veces. Su mirada perdida viendo aquella ciudad al estilo antiguo británico, con sus muros de piedra y techos de paja. El viento hacia volar su cabellera negra, haciéndola parecer olas del océano, pero sin reflejo de luz. Sus ojos cerrados con aquella expresión seria que lo caracterizaba, su figura esplendida se asomaba por aquellas telas negras que vestía, como una bata larga de seda con un lazo del mismo material que la sujetaba, evitando que aquel ser mostrara sus atributos al mundo. Allí unos pocos pueblerinos lo miraban con interés, tenían canastas en sus cabezas con algunas verduras que habían crecido alrededor del lago de debajo de la colina. Nadie se acercaba, solamente lo miraban desde donde se encontraban, entre curiosidad, respeto y miedo.
Así pasaron unos días, él no se movía de su lugar, las personas simplemente lo miraban y no se acercaban a él, de aquel pueblo se empezó a esparcir rumores de aquel ser misterioso, el cual nadie se había animado a ver. Hasta que una pequeña niña que había ido a la colina se había acercado a aquel hombre alto y ancho de aspecto tosco e intimidante, con larga cabellera y pestañas. Un rostro asombrosamente cuidado y tallado, mandíbula ancha pero delicada, piel entre blanca y tostada. La pequeña niña con su canastita de rosas se acercó a él, estiro su manito suavemente, pero más rápido que un pestañeo él le agarra la mano antes que logre tocarlo. La pequeña pestañea aturdida viendo aquella acción del ser que había permanecido quieto desde los comienzos de su aldea, un terror le empieza a corromper el cuerpo, pero sin emitir grito o llanto solo puede mirar lo que estaba frente a ella. Abre lentamente los ojos dejando ver un vacío completamente negro, de donde empiezan a aparecer estrellas y una bola entre dorada y plateada que empieza a girar y girar, esparciendo un polvo, se apreciaba levemente más de otro tipo de colores que giraban alrededor de la más grande y brillante. La pequeña queda congelada viendo aquellos ojos, unos pelos de la pequeña comienzan a tornarse blancos, su canasta se cae de sus manitos, se suelta bruscamente del ser y comienza a correr alejándose de él, con el corazón acelerado y con miles de imágenes en su mente.

El solamente se quedó viendo a la pequeña correr y tropezar por la bajada de aquella colina, no parecía afectado. Por lo menos desde fuera, por dentro aquel ser que parecía una piedra pensaba mucho, le rodeaban tantas preguntas. ¿Por qué me teme? ¿Por qué? ¿Soy malo? ¿Seré un monstruo? ¿Una pesadilla?... Tal vez no soy mortal. ¿Por eso será que me teme? ¿Por qué soy diferente? Aquellas eran las preguntas que rondaban lo que tú y yo llamamos mente, pero para él era algo más allá. Lleva su mano hacia su pecho donde sentía un dolor, una presión. Una más de tantas que había tenido antes. Cierra lo que para mí eran unos bellos y particulares ojos, baja su mirada y toca la pequeña canasta con rosas, estas que eran de un color rubí comienzan a tornarse negras, el pasto y tierra comienzan a absorber la canasta, dejando un rosal negro plantado a su lado. Lleva su gran mano hacia esta y la acaricia suavemente con delicadeza.
Poco tiempo después, se escucha un ruido desde la cuidad, un grito desgarrador suena hasta llegar a la colina. Él sabía bien porque era. La pequeña niña que vio a través de sus ventanas, había fallecido por un ataque al corazón, el cuerpo de la pequeña se había comenzado a volver blanco con líneas negras, hasta que del pánico dejo de sentir de golpe. La pequeña aldea había escuchado a la niña gritar entre palabras inentendibles ¨Omnia¨ repetitivas veces.

Toda la aldea se armó con sus herramientas, antorchas y maderas rotas que parecían estacas. En la noche donde pensaban que aquel ser que empezaron a llamar Omnia, comenzaron rumbo hacia aquella colina de la cascada que les daba agua y cultivos sanos. Subieron en patota y se acercaron al ser que según no se había dado cuenta de la presencia del grupo. Se acercaron, un hombre con gesto de rabia y lágrimas en sus ojos le da un golpe en la cabeza con un palo de madera, gritaban insultos, maldiciones y desgracias al ser. Aquella madera se rompió en miles de pedacitos, pero el ser no reacciono. Un grupo de hombres con aquellas ¨armas¨ (si es que le podemos decir así) empezaron a golpearlo y golpearlo, el ser con aspecto de hombre simplemente se inclinó hacia adelante y recibió todos los golpes en su espalda, le tiraron el pelo, le escupieron, le insultaron y lo marginaron, tachándolo de arrebatador de vidas. El simplemente quedo allí recibiendo todo aquel trato, los días pasaron y los mismos hombres iban allí a aquel ser a golpearlo, como si nada. El simplemente nunca se movió a la vista de ellos. En las noches de luna él se levantaba de aquel lugar y caminaba hacia el árbol donde había pasado anteriormente recostado, al lado de este había un rosal gigante y perfecto. Acaricia los pétalos negros de esas rosas, mueve su mano a las espinas tocándolas con suavidad. Su gesto frio había pasado a uno vacío, deprimente y solitario. Como anteriormente se sentía, pero esta vez, existía el todo, pero él estaba completamente aislado. Dolido, solo, deprimido, con miedo y sin nunca haber podido entablar algo con sus creaciones. SI. El creo esos seres, él había creado todo, por su dolor y miedo a la soledad. De allí nació el TODO, volviéndolo el amo y señor, el Dios del TODO, quien lo ve, quien lo siente y lo escucha todo. Pero… ¿Qué pasa cuando encuentra algo que no puede ver, escuchar o sentir?... Mejor dicho, cuando ella lo encuentra a él. Ellos oscuridad y luz, dolor y sanación, ambos son creación, pero… Uno creaba por dolor y el otro por amor… Lo que él no sabía que ese ser de luz que no podía ver, ese mismo ser a él sí lo veía. Desde la luz y la oscuridad, admirándolo y comprendiéndolo desde las sombras…

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2022 ⏰

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°•O•° [Saga Sombra.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora