PRIMERA ROSA

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Cuando nos conocimos

Sentir que te ahogas en medio de una inmensa rutina no se lo deseo a nadie, así que, como consejo puedo susurrarle al viento que el sol brilla incluso después del atardecer.

Atendiendo a los clientes mientras muestro una enorme sonrisa forzada, siento como me desgarro. Algo parecido a cuando usas una prenda por mucho tiempo, pues ésta se desgasta de a poco. Afortunadamente para mí, la calma llega después del estrés.

He pasado por muchas situaciones en mi empleo, puesto que el ser mesero requiere de paciencia y eficacia. Personas molestas por el servicio o comida, personas exageradamente cómodas por tal servicio, pervertidos depravados buscando coquetear, personas misteriosas que levantan la sospecha de cualquiera, peleas o asombros que caen de sorpresa en el lugar, entre muchas otras experiencias que espero no colmen mi estabilidad.

Conoces a muchas personas interesantes estando en mi lugar, y aquel chico de cabellos azules es la prueba viviente de ello. Ojos azules como arándanos, cabellos parados y revueltos asimilando un algodón de azúcar, un olor tranquilizante a vainilla, y una personalidad tímida pero dulce es suficiente para regresar el sentimiento de amor a mi corazón.

Me siento un acosador al momento de recordarte e imaginar tu risa, esa risa que nació por mis movimientos torpes a la hora de mirarte. Solo me queda esperar a verte de nuevo y rezarle al cielo que antes no se esfume mi tranquilidad.

𝟷𝟸 𝚁𝙾𝚂𝙰𝚂 - ᴄᴀꜱᴛɪʟʟᴏꜱ ᴇɴ ᴇʟ ᴍᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora