Nightmare

30 4 5
                                    

Poseidón se despertó sobresaltado, con el corazón acelerado y el cuerpo sudoroso. Había tenido una pesadilla, una horrible pesadilla. Había soñado que los cinco prisioneros lo tenían atrapado, amarrado y le decían cosas que lo asustaban y lo atraían a la vez.

Poseidón se levantó de la cama y se dirigió a la cocina. Necesitaba beber agua, refrescarse, calmarse. No podía creer que hubiera tenido ese sueño, que hubiera sentido eso por ellos. ¿Qué le estaba pasando? ¿Qué le estaban haciendo?

Poseidón bebió un vaso de agua y se mojó la cara. Respiró hondo y trató de relajar su mente. Se dijo que era solo un sueño, que no significaba nada, que no tenía que preocuparse. Se dijo que era su médico, y nada más.

Poseidón volvió a su habitación y se acostó en la cama. Quería dormir, y olvidarse de todo. Quería descansar, y relajarse. Quería soñar, y ser feliz.

Pero no fue así.

Poseidón se durmió, pero no paraba de soñar con los cinco. Cada vez que cerraba los ojos, los veía, los oía, los sentía. Cada uno de ellos le hablaba, le tocaba, le seducía. Cada uno de ellos le decía que lo quería, que lo necesitaba, que lo amaba.

Bakugou le besaba con fuerza, y le mordía el labio. Le decía que era suyo, que no lo compartiría, que no lo perdería.

Todoroki le abrazaba con suavidad, y le acariciaba el pelo. Le decía que era su salvación, que no lo rechazaría, que no lo abandonaría.

Kirishima le sonreía con pasión mientras le desabotono la camisa besando sus dos botones rosados , al mismo tiempo que se los mordia.

Deku bajo sus pantalones mostrando sus dotes , mientras le bajaba el pantalón a Hayashi y le metía sus dedos en la ropa interior del menor.

Y por último Hanta le tenía amarrado de sus brazos y piernas mientras solo empezaba a besar las piernas del menor ya descubiertas .

Después de la pesadilla que había tenido, Poseidón decidió tomarse un día libre. Necesitaba relajarse, distraerse, divertirse. Necesitaba olvidarse de los prisioneros, de los héroes, de las familias. Necesitaba olvidarse de su trabajo, de su deber, de su vocación.

Poseidón llamó a Denki, y le propuso salir a pasear. Denki aceptó encantado, y le dijo que llevaría a los niños. Poseidón se alegró, y le dijo que los esperaba en el parque.

Poseidón se vistió con ropa cómoda y casual, y se dirigió al parque. Allí se encontró con Denki y los gemelos, que lo recibieron con abrazos y besos. Poseidón les devolvió el cariño, y les dijo que los quería mucho.

Los cuatro pasaron un día maravilloso, lleno de risas y juegos. Fueron al zoológico, al cine, al museo, al centro comercial. Comieron helados, palomitas, hamburguesas, pizzas. Se tomaron fotos, se contaron historias, se hicieron bromas, se dieron consejos.

Poseidón se sintió feliz, y agradecido. Se sintió afortunado, y honrado. Se sintió amado, y amante. Se sintió parte de una familia, y mucho más.

Pero al día siguiente, tuvo que volver a la realidad. Tuvo que volver a la prisión, a ver a los cinco prisioneros. Tuvo que volver a su trabajo, a su deber, a su vocación.

Poseidón se puso su bata blanca y solo rezo a alguien de allá arriba que le protegiera.

.
.
.
.
.
.

Enamorado De Unos ManíacosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora