Abre la puerta

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—Abuelo, cuéntanos la historia de tío Sergio. —dice David, mi nieto, muy feliz.
Estábamos contando historias de terror bajo las cobijas. Porque todos mis nietos adoraban que contara cuanta palabra se me ocurriera.
—Bueno, pero no le digas a tu madre. —Asienten todos alegres. Si supieran lo que estoy por contarles...
—Sergio, un hombre trabajador, zapatero de profesión. Vivía allá en la montaña y yo iba a visitarlo algunas veces; después de todo, estaba en las profundidades del oscuro bosque. Su hija Mariana contaba-aunque nunca supe si era verdad-, que Sergio se había vuelto paranoico de la noche a la mañana. Decía que veía una sombra. Según ella, ese hombre se encerró en su habitación un trece de marzo para salir siete meses después.
Sergio le temía mucho al diablo, suspiraba cada vez que lo oía mencionar. Se contaba que él había entrado a su habitación, ya que creía que el diablo iba a venir por él. Una noche, se escuchaban pasos en el tejado, garras en las puertas y el cerrojo temblaba cual sismo. El tío se meneaba de pies a cabeza, acariciando el rosario entre sus manos hasta que se marcaran en lo más profundo de su ser. Caminaba de lado a lado mirando la madera, cada crujido lo hacía gritar. Las goteras inundaban el techo, pero eran la única entrada de luz que tenía. La comida la pasaban sus hijas por un hueco bajo la puerta, aunque era rechazada. Las ratas ya eran amigas de Sergio, poco a poco fueron su comida. El hombre estaba loco, de remate. A este punto era un saco de huesos, su cuerpo se consumía a si mismo.
Las tablas del piso poco a poco fueron llenándose de musgo. Para Sergio el almanaque era solo un recuerdo y el tiempo un viejo enemigo.
—No, Adolfo. Yo no planeo salir de este cuarto. En el momentico que yo tire pa'fuera, la misma muerte me agarra. El diablo. —suspiraba.
Me decía cuando lo iba a visitar para alguna tertulia. Creía que lo estaban esperando, que realmente estaba allí afuera. Con lo ocupada que estaba la huesuda, tío no paraba la paranoia.
—Tío, salte de ahí. Que nadie te espera.
Nunca acató, siempre quedó dentro de esas cuatro paredes.
Las noches se volvían más terroríficas cada vez, a los dos meses nos dijo que escuchaba voces diciéndole que saliera. Lo llamaba tentaciones del demonio. Le tocaban las puertas a las tres de mañana para que ese cerrojo fuera abierto. Las paredes estaban llenas de cruces hechas por las uñas largas del hombre.
Sergio, Sergio, Sergio. —susurraban a las tres de la mañana.
—Vete demonio impuro, aquí dentro no me llevarás.
Sergio, Sergio, Sergio. Se acerca tu hora.
Con ese constante miedo que había en sí, su carne se pudría. La noche final, Sergio caminaba en círculos rezando aves marías. Tocándose las orejas rojas y sin poder cerrar un ojo. Se escuchaba desde afuera una voz, era otra voz, no las usuales.
—Papá.
Era Mariana, tirada en el piso de afuera. Ella ya tenía sesenta años; junto a muchos problemas cardíacos. Yacía allí, sufriendo de un infarto, mientras su padre podía ayudarla.
Sergio tenía que tomar una decisión. Había dos caminos: Me quedo aquí o voy a su ayuda. Por un lado su hija lo necesitaba, por el otro estaba su propia vida. ¿Cuál pesaba más? ¿Quién valía más la pena? No tenía mucho tiempo, no había manera para que él pisara el exterior. Tío decidió que no iba a salir, alguien llegaría a ayudarla. Él no pondría un pie fuera. Minutos después llegué yo, curiosamente había pasado por esos lares. Cuando la ambulancia la declaró fallecida, Sergio salió desesperadamente mientras lloraba. Lucía descomunalmente flaco, incluso había perdido la movilidad. Miré sus ojos perderse entre la bruma. 
—Sobrino, allí está Mariana. Ha llegado por mí, viene de negro.
Su cuerpo se levantó en el aire, por lo que retrocedí. Escuché el crujir de sus brazos, hasta pude percibir sus últimos suspiros. Luego cayó, sin vida. Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Adolfo, Adolfo, Adolfo. Ya viene tu hora. —me susurraron al oído. Una mano de puro hueso pasó por mi hombro, acariciando mi oreja en muestra de familiaridad. Seguía yo para ese demonio.

Feliz, tertulia, sombra. 

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2022 ⏰

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