Capítulo 1.

227 19 8
                                    


Alicia's POV.

Estaba arreglándome con la ayuda de la Belén, mi mejor amiga, para irnos a trabajar al local, lugar responsable de mis desvelos.

Para muchos la idea de un estudio con tu mejor amiga es algo de ensueño, pero decae en la realidad porque muchas veces es complicado si hablamos de organización y sobre todo si son ideas tan opuestas. El verdadero caos está cuando llega alguno de mis clientes y la Belén está entre terminar con el look de alguna clienta y comenzar con un set de manicure.

-Ya po' weona apúrate- hizo un ademán desde el umbral de la puerta.

-Estoy lista, sólo me faltan las ganas de ir a trabajar- dicho esto, nos miramos y nos cagamos de la risa.

-Acuérdate que en media hora llega un cliente tuyo y no es como que nos demoremos 5 minutos para allá- nos dirigimos hacia la escalera para bajar al primer piso e irnos.

-Weona sabí qué, me da intriga saber quién es el cliente, porque no lo cacho ni en pelea de perros- me subí de copiloto porque tenía cero ganas de manejar y le dejé esa pega a la Belén- Sólo sé que es conocido y tiene plata.

-¿Te imaginaí es uno de esos weones narcos y te terminan baleando entera porque no le gustó el tatuaje?- chistó.

-Oooh hermana sería terrible exótico...- dejé de responderle, ya que estaba estacionándose.

Nos bajamos del auto y nos encaminamos al local para abrirlo y ordenar todo para cuando lleguen nuestros respectivos clientes.

Estaba terminando algunos detalles del bosquejo cuando sentí la campanilla de puerta al abrirse,  entró un tipo de contextura media, cabello relativamente largo con algunas ondas rebeldes que caían casi por sobre sus hombros, junto a unos lentes polarizados que me dificultaban confirmar si lo había visto antes o no.

La Belén abrió sus ojos de par en par, acción que me causó bastante gracia e intenté reprimir una risa, deduje que lo había reconocido, más no me diría frente a él, por lo cual tendría que esperar para saber de quién se trataba.

-Hola buenas, soy Joaquín Montecinos y tengo una cita agendada para hoy- sonrió acercándose al mesón donde se encontraba la Belén.

-Hola...- hubo un pequeño titubeo en su voz -¿Cita para?...

-Para tatuarme- rió -Ahora si quieren teñirme el pelo también me ofrezco- reímos al unísono.

-Si hablamos de tinta, quizás yo pueda ayudar- intervine en la conversación, llamando su atención -Pero si hablamos de algo capilar, te aconsejo que lo veas con la Belén- le sonreí amablemente.

-Por el momento sólo te prefiero a ti- instintivamente mis mejillas se ruborizaron.

Si algo bueno salió de mis traumas de cabra chica era la capacidad para cambiar de tema cuando me ponía nerviosa.

-Si quieres me acompañas para mostrarte cómo quedó el bosquejo de tu tatuaje- caminé, esperando que siguiera mis pasos -Estaba terminando los últimos detalles cuando llegaste- le extendí el diseño que tenía plasmado sobre el papel.

-Te quedó bacán, superó todas mis expectativas- sonrió emocionado.

-Ya, súper, acomódate no más, yo voy a buscar unas cosas y partimos, ¿te tinca?- lo miré esperando su respuesta.

-Sí, anda no más, aquí te espero- me sonrió y siguió mirando el bosquejo.

Al salir a buscar los implementos que me faltaban, empecé a pensar en dónde había visto a este cabro, se me hacía bastante familiar pero no recordaba de dónde, quizás lo vi una de esas noches desenfrenadas que teníamos con mi mejor amiga cuando íbamos a tomar algo o simplemente en alguna página de instagram.

Cuando estuve a punto de volver, se me acercó la Belén y me lo impidió llevándome al otro lado del estudio.

-¿Cachai' a quién vas a tatuar cierto?- susurró a pesar de que estábamos prácticamente solas.

-No, pero siento...- no alcancé a terminar de hablar porque fui interrumpida.

-¿Cómo que no weona?- sacó su celular, tecleó algo y me lo mostró -Joaquín Montecinos, jugador de la selección chilena, hemos visto dos partidos donde ha jugado este bombón- suspiró como colegiala enamorada.

-¿Esto es real?- comenté asombrada -Te juro que no me había dado cuenta y ahora entiendo tu reacción cuando entró, fue terrible chistosa- reí.

-Ay no, que vergüenza- cubrió su rostro con ambas manos.

-Quédate tranquila mona, no creo que se haya dado cuenta- la tranquilicé -Te dejo, tengo una sesión más o menos larga-.

Si bien no soy fanática del fútbol, a diferencia de la Belén que no se pierde ningún partido de la roja y mucho menos de los clubes deportivos, me sentía en shock porque no siempre se tiene la oportunidad de tatuar a alguien tan famoso. Cuando llegué donde estaba el Joaquín, me puse a ordenar y dejar todo listo para comenzar mi trabajo.

Se acostó boca arriba con el brazo izquierdo extendido y posicioné el stencil en la cara interna de éste. Después de casi 6 horas, terminé el tatuaje,si bien era grande, lo más complicado fueron los detalles, además siempre me tomo mi tiempo para que queden bien y mis clientes queden satisfechos.

-Listo- sonreí bajo la mascarilla -Te limpiaré para tomarte una foto y colocarte el parche-.

-Esa es la peor parte de hacerse un tatuaje- fingió llorar.

-No seaí' llorón- lo molesté -Si al final es lo único que te va a "doler" porque ni te quejaste mientras te tatué- hice comillas con mis dedos.

Cuando estaba pasando la nova por el tatuaje, noté que el Joaquín hizo un ademán de reírse pero esto fue interrumpido debido a que pasé por una zona donde de verdad le dolió.

-Ya me falta poquito- aguantándome la risa.

-Sé que estaí' disfrutando mi sufrimiento en estos momentos- dijo en tono burlesco.

-¿Cómo te digo?...- carcajeé -Ya terminé, te saco la foto y estaríamos- tomé mi celular y abrí la cámara.

-Dale, me la muestras po'- se quedó modo shock para que tomara la foto y me causó gracia su reacción.

-¿Te puedo etiquetar cuando suba la foto?- le pregunté mientras le acercaba mi celular para que la viera.

-Sí, dale no más, con confianza- comentó animadamente.

Supe de inmediato que lo había etiquetado correctamente porque escuché la notificación en su celular...




******
Holii, he aquí el primer capítulo.
Espero que les guste,
Voten y comenten🤍

Desconocidos. [Joaquín Montecinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora