Cap.3

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—¡Luna! —se acercó apresurada y se quedó mirando a Colin—. ¿Por qué me dejaste sola? Estaba muy triste porque quería encontrarte algo lindo que ponerte —dijo en tono desanimado con una carita de cachorro triste.

—No culpes a tu amiga. Le pedí que me ayudara a encontrar a mi hermano y le agradecí con un helado —sonrió y tomó al pequeño que había terminado con la boca sucia—. Bueno, ya es hora de que me vaya. Muchas gracias Luna, eres muy amable.

Al irse Rosa se quedó un rato mirándome hasta que hablo —Vamos a casa. Estoy muy cansada. Empezó a caminar y la seguí, pensé en mi situación.

¿Rosa realmente era mi amiga? ¿Me tenia lastima?

Caminamos y vimos a un chico guapo.

—Es lindo ¿no lo crees Luna? —preguntó en tono pícaro.

—Lo es —sonreí y como si nos hubiera escuchado, el chico se acercó.

—Hola.

—Hola —dijo Rosa con una sonrisa brillante.

—No pude evitar acercarme a tal belleza y me preguntaba si me darías tu número.

Rosa sonrió mientras se acomodaba el cabello
—Me halagas, pero mi amiga se siente mal y tenemos que irnos.

El chico me miró y sonrió —Yo la veo bien. No tienes que mentir.

—La verdad no quería incomodar a mi amiga porque le pareciste lindo y no quería molestarla.

Me puse roja mientras tenía ganas de salir corriendo y lo hice.

Escuché a Rosa gritar mi nombre mientras iba detrás de mí.

—¡Luna! ¡Esperame! ¡Luna!

Me paré en seco y Rosa casi tropieza.

—¿Por qué actuaste así? Pareces una loca
—contestó agitada en tono molesto.

—Rosa ¿Porque eres mi amiga?

—¿Por qué preguntas tan de repente?

—¡Contesta! —cerré los puños y mi corazón empezó a latir rápidamente —No entiendo porque siempre dices las cosas como te da la gana. Como le mientes a todos para tu propio beneficio y siempre quieres tener la razón en todo, no te importa la opinión de otros. Así que respóndeme ¿Porque eres mi amiga? ¿Qué ganas con eso?

—No sé por qué actúas así, si te molesta lo del chico se ve que es un patan. Te hice un favor.

—¡Por favor! Te escuché hablar con Jack ¿eso también fue un favor?

Rosa se quedó callada y la dulce expresión que solía mostrarme se transformó en una mirada de disgusto.

—Porque es divertido.

Mi furia se convirtió en terror, Rosa volteo los ojos y hablo —Soy una persona controladora, todo tiene que ser tal y como digo —hizo una pausa y se acercó—. Luna me agradas, pero solo eres un peón en mi juego, para conseguir lo que quiera, gracias a ti me deshice de Jack y puedo volver a buscarlo cuando quiera.

—Ya no quiero ser tu amiga.

—Luna se lógica. Soy tu única amiga sin mi serás más miserable de lo que ya eres —sonrió de forma maquiavélica.

Sabía que sus palabras eran mentira, aún así sentía un nudo en el pecho al escucharlas. Siempre admire a Rosa porque creía que era una buena persona como un ángel, pero era todo lo contrario. No quería seguir viviendo a la sombra de Rosa preocupada por lo que pensarían los otros de mí, no merecía esto.

De pronto como si hubiera sido iluminada me di cuenta de mi error.

—Sabes que Rosa, tienes razón. Eres mi única amiga, pero hay más gente en el mundo —hablé con una confianza que no sabía de dónde había salido—. Deberías buscar un nuevo lugar para mudarte, dejare tus cosas fuera. Rosa me miró incrédula, parecía no creer lo que decía.

Caminé al estacionamiento, por suerte Rosa había dejado sus llaves ahí y no podía entrar.
Cuando empecé a conducir, Rosa corrió a mi dirección y golpeó el cristal, le subí a la música y el mundo parecía alinearse con mi vida, cante mientras ignoraba a Rosa.

Me sentía relajada, parecía haber dejado una gran carga.

Llegué al apartamento y empecé a sacar más cosas de Rosa hasta que el pasillo se llenó de sus cosas. Al mirar el apartamento sentí que el aire era más fresco. Me senté en mi escritorio para publicar un nuevo anuncio por internet y conseguir un nuevo roomie.

Desperté con mucha energía, mire mi guardarropa y note que era muy aburrido ¿Cómo podía usar esta ropa? Me puse un vestido azul que tenía arrumbado por ahí y unas botas largas que había comprado una vez, pero nunca usé porque Rosa había dicho que me quedaban mal.

No estaba tan mal, solté mi cabello y estaba muy chino gracias a la trenza que me había hecho pues solía usarlas a menudo.

Llegué al centro comercial y me sentía rara, estaba sola, pero me sentía bien.

Entre a una tienda y creo que me aloque porque salí con muchas bolsas, siempre me gustaron los tops coloridos y los zapatos altos, compré muchos tops, algunos pantalones, shorts, unas plataformas y unas botas.

Creo que estaba comprando todo lo de un año, por suerte tenía todo ese dinero guardado por lo que se sintió bien gastarlo al fin, pase a una tienda de maquillaje, me gustaba ver videos de gente haciendo increíbles maquillajes y siempre quise tener un gran kit, practique un poco y me di cuenta que era parecido al dibujo.

A pesar de que me gustaba me sentía apenada de usarlo, pero ahora eso ya no importaba. Estaba en el área de labiales y se me acercó una chica.

—Hola, este color te quedaría muy bien ¿Te gustaría probarlo? —dijo sonriente mientras me mostraba un labial rosa coral.

—Me encantaría —sonreí mientras me senté en una silla y sin darme cuenta la chica me mostró un producto y otro hasta que me maquillo por completo.

—Estas lista. Que linda te ves.

Me miré en el espejo y era una maravilla, la chica era muy buena, compré la mayoría de los productos que uso y salí muy contenta.

Se me ocurrió comprar un helado como el que Colin me había invitado.

Al llegar había mucha gente, era por una promoción 2x1. Pensé en pedir el mismo sabor, pero para mi sorpresa ya se había acabado.

—Esto tiene que ser una broma —resoplé molesta y escuché una risa burlona, me giré y vi a alguien inesperado.

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2022 ⏰

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