Tiago lo ha citado en el parque de siempre, a las 7 de la mañana. Pudo no ir, quedarse en casa sufriendo por el rompimiento de su corazón, aunque el suceso fue hace dos semanas. Pero, está ahí. Está esperando por él.Se maldice por no haber traído un abrigo sabiendo que están en pleno invierno, pero al ver el mensaje a las 5 con 15 de la madrugada, no pensó en nada más que en él. Y ahora se arrepiente, porque apenas y se puso las pantuflas. Su pijama no es muy abrigador para esa época.
Mientras se tirita de frío, observando el inmenso mar, no se percata de la llegada del menor hasta que siente un peso en sus hombros.
— Yo... pasé por tu casa porque asumí que no trajiste ningún abrigo — comenta, manteniendo la vista fija en el mar, sus manos sudan dentro de los bolsillos de su gruesa chaqueta. Aunque sus piernas tiemblan porque también está con la ropa de dormir.
— Gracias — responde.
Se mantienen en silencio por muchos minutos. Hasta que el de cabello bicolor decide hablar.
— No debiste de hacerlo.
— ¿Qué? — se atreve a voltear, pero Tiago no, así que se dedica a mirar su perfil.
— Vos me gustas — admite en voz baja — tal y como sos. Sé que hice mal en comentar pequeños gustos míos como si fuesen cosas triviales, porque al final te afectaron. Pero sólo quería que siguieras el tema de conversación, no quería que lo cumplas — gira lentamente, mirando su rostro — Me gusta tu cabello blanco así como tus ojos verdes y tu labio sin aquel piercing. No entiendo cómo lograste hacerte el tatuaje ¡Odias las agujas!
— Tiago...
— En verdad lamento haber salido corriendo aquel día, pero estaba confundido, muy abrumado. En mi cabeza sólo quería asesinar a la persona que te hizo cambiar, pero luego me di cuenta de que tenía que acabar conmigo mismo — susurra lo último, sintiéndose mal — Perdóname..... Mauro.
El pelirrojo se atreve a buscar sus manos, manteniendo ambos pares dentro de los bolsillos y masajeando suavemente el dorso de las mismas con sus pulgares.
— Sólo quería encajar con tu prototipo de chico ideal.
— No tenés que encajar para gustarme, lo haces siendo vos. Sólo vos.
Acerca su rostro al pecho de su amigo, sintiendo el mentón del más alto sobre su cabeza. Se siente pleno en ese momento. No lo conoce de toda la vida, a lo mucho llevan un año siendo amigos, pero lo quiere. Porque recuerda que una vez su abuela le dijo que no era el tiempo lo que te hace sentir cariño, es la persona a la que decides otorgárselo.
Y Tiago ha decidido querer a Mauro. No sabe hasta cuando, pero mientras esté en su alcance, lo hará.
Sueltan sus manos y se envuelven en un abrazo lleno de amor sincero.
— ¿Volvés a ser el Lit del cual me enamoré?
— Vuelvo — acepta, sujetando su rostro entre sus grandes manos, dejando un suave beso en su frente y sonriendo al ver los ojos llenos de brillo del menor — y es definitivo.
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Se encuentran en la habitación de Tiago, el mencionado está entre las piernas de Mauro como acostumbra siempre, apoyando su espalda en el pecho del ojiverde. Está examinando el tatuaje que se hizo hace un tiempo.
— Es un girasol — dice, soltando una risita al sentir los labios de su novio en su cuello.
Lo está llevando bien, al menos la primera semana, no sabe cómo serán los demás días, sin embargo, se esfuerza por disfrutar del momento.
— Es tu flor favorita — responde, entrelazando sus manos y besando su mejilla.
— Sí, bueno, era de mi abuela — cuenta — Ella fue mi persona favorita, incluso por sobre mi madre. Tenía un jardín lleno de girasoles, siempre iba a su casa para ayudarle, me comentaba que estas flores buscan del sol para vivir y si en caso el día se encuentra triste, se buscan mutuamente para no dejarse morir — las lágrimas no tardan en caer. — El día que nos conocimos en el cementerio, sentí una extraña conexión con vos, es tonto y ridículo, pero así lo sentí.
— Es una historia muy bella. Y no es tonto — con su mano sujeta suavemente el mentón de Tiago y hace que gire su cabeza. Café oscuros contra verdes — yo también sentí una extraña conexión ese día.
— ¿A quién fuiste a ver?
— A mi primo — limpia su rostro — él era mi persona favorita.
Tiago se levanta para sentarse en su regazo, oculta su rostro en su cuello y sonríe al sentir los brazos de Mauro rodear su cuerpo.
— Te quiero, girasol — murmura, jugando con sus mechones albinos.
— Te quiero, sol — contesta de la misma forma el mayor, pasando la lengua por el lugar donde hace un tiempo tuvo su piercing.
|Fin|
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¿Lo ves? ¿Lo entiendes ahora sí? ¿Por qué cambiar si le gustas tal y como eres?
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× Encajar Para Gustarte・Litiago ×
Fanfiction⠀Yo solo quiero tu atención. 『 ⇏ Lιτ KιΙΙαh × Tιαgσ ρzκ。』 ⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀•••• »Adaptación. »Créditos a @joerick_041115 ⠀ su respectiva autora.