Capítulo 1: Sakonji Urokodaki

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Estaba chateando con mi amiga sobre anime. Pues, ambas pensábamos hacer un libro que tuviese que ver con Kimetsu no yaiba. Pero... Algo no iba bien...
De repente, me di cuenta de que había una mancha negra en mi teléfono. Esta se fue extendiendo y se fue haciendo cada vez más grande.
Hasta que aquella mancha ocupó la pantalla por completo y sentí como me absorbía lentamente. Me quedé inmóvil, como si esa "mancha" se hubiera apoderado de mí.

Cuando logré desvanecerme en la oscuridad, y por fin, despertar, oí una voz algo agitada:

- ¿¡ESTÁS BIEN!? - Preguntó entrecortadamente.
Apenas podía verle bien, pero entonces me di cuenta de que aquel chico tenía cabello negro y unos ojos azules pacíficos como el océano.

- ¿¡To-Tomioka!? ¿¡Dónde estoy!? - Pregunté impactada.

- No es el momento... ¡¡Tenemos que irnos!! - Gritó el azabache.
Tomioka tuvo que cargarme en su espalda debido a que me había torcido el tobillo y tenía una gran herida en el torso.
Me di cuenta de que un fuerte demonio estaba allí y nos encontrábamos exageradamente débiles como para pelear, aparte de que, sino me equivoco, Tomioka aún no es un cazador de demonios.

- ¡¡Mira, allí!! - a lo lejos había una cabaña. Podíamos refugiarnos ahí. Tomioka aceleró el paso, aún no perdíamos de vista a ese demonio.

- ¡¡Vamos..!! - Tomioka y yo estábamos apunto de entrar a la cabaña, pero entonces...

- ¡¡MALDICIÓN, La puerta no abre!! - Parecía desesperado, al igual que yo.

- ¡¡Por favor, abran!! - Grité angustiada.
Ese sería... ¿Mi fin?Ni siquiera estaba en mi dimensión. ¿Qué puede pensar papá? Seguro que está preocupadísimo. Pero, ¿Y mi amiga? Probablemente ella también está aquí. ¡No puedo morir! Tengo que reunirme con ella para poder salir de aquí.

Pero... no puedo hacer nada... No soy NADIE como para luchar contra un demonio, y ni siquiera sé cómo he acabado  aquí. Supongo, que no tengo más remedio...

Hasta aquí llegue, la verdad es que, no ha estado tan mal; he vivido una vida feliz junto a mi familia, amigos y aquellas personas que aunque ni siquiera conozco me alegro de que estén aquí, por suerte no he vivido de la pobreza, y tampoco he padecido del hambre o alguna enfermedad mortal. Así que, moriré satisfecha, de haber vivido una vida como la que he vivido...

Pero cuando ya estaba viendo toda mi vida pasar frente a mis ojos, de repente apareció un ¿Anciano? En bastante buena forma y con una máscara nariguda. Entonces, comenzó a murmurar algo que fácilmente logré oír:

Respiración del agua; cuarta postura, ¡GOLPE DE MAREA!
Dicho esto, comenzaron a brotar gotitas de su katana que juntas se convirtieron en una gran ola, que lograron cortarle la cabeza a este.

- ¡Maldito Urokodaki! ¡Muzan los exterminará a todos vosotros! ¡A TODOS! - Gritó el demonio enfurecido, y, se desvaneció. El nombre Muzan me parece conocido, pero no recuerdo quién era... 

- ¿Están bien? - Preguntó preocupado.

Entonces, rompí en llanto. Supongo que no estaba acostumbrada a esto de que los demonios existan, y que me tratarán de forma tan amable después de eso, me hizo sentir una calidez que nadie me habría brindado nunca..

- ¿¡___!? - Se asombró el ojiazul. Pero comenzó a llorar conmigo. - Lo siento...
   es culpa mía, y todo porque aún no domino mi respiración... - Se lamentó el azabache.

En otra dimensión... - Giyû Tomioka × LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora